El Tribunal Superior Electoral ha dado una demostración de institucionalidad y buen desempeño de sus responsabilidades. Eso algo que debemos reconocer, y agradecer muy especialmente el trabajo de su presidente, Román Jáquez Liranzo, quien ha resistido todo tipo de presiones y ha mantenido con dignidad la postura de órgano independiente y eficiente, fallando sobre los más inverosímiles conflictos políticos y electorales sin miedo, con base en la ley, y respetando el derecho de cada quien.
Muy distinto ha sido, por ejemplo, el comportamiento del Tribunal Constitucional, que se guardó decisiones importantes, que debieron ser falladas para que sirvieran al propio proceso electoral. Una prueba al canto: La legalidad o no de la candidatura del doctor Leonel Fernández, en nombre del Partido Fuerza del Pueblo.
El Tribunal Superior Electoral, con una gran distancia de las decisiones que se tomaban en su pasado inmediato, fue riguroso para ser oportuno y las instancias del poder político y electoral sabían que podían contar con una resolución clara y justa.
Los abusos del gobierno, como despojar en plena vía pública al doctor Jáquez Liranzo de la seguridad que le correspondía por sus funciones, quedaron en el pasado. Sin aspavientos, y sin varias el comportamiento de esos miembros del TSE.
El otro gran ejemplo que ofreció ese organismo fue mantener abiertas sus sesiones, sin que el virus fuera un impedimento para sus reuniones y decisiones. Y una más: El Tribunal Superior Electoral transmitía en vivo, a través de un canal en Youtube, las sesiones y audiencias, y posteriormente las colgaba en su página web para que pudieran ser consultadas por los interesados.
El Tribunal Superior Electoral es un ejemplo de eficiencia, independencia, pulcritud, probidad y servicio a los partidos políticos, a la Junta Central Electoral y a los ciudadanos dominicanos. Felicitamos a todos sus integrantes, y en particular a su presidente, Román Jáquez Liranzo. Ese reconocimiento es también uno de los aspectos señalados por el exhaustivo informe de observación Electoral de los miembros de la Organización de Estados Americanos que nos visitaron con motivo de las elecciones. Y allí dejan constancia de lo que aquí decimos.
Esperemos que las impugnaciones, debates, denuncias y pruebas de triquiñuelas en las elecciones, presentadas por los diversos actores que se sienten afectados, sean dilucidadas con la misma pulcritud que lo han hecho con temas altamente delicados, que han sido puestos en sus manos anteriormente.