Euclides Gutiérrez no encontró otra manera de reaccionar al trabajo de investigación que Nuria Piera ha hecho sobre él más que desconociendo su nacionalidad dominicana y, sobre todo, recurriendo a la bajeza de pretender mancillar la memoria de su padre asesinado en la época de Balaguer, y lo más deleznable es que lo ha hecho solo y exclusivamente por venganza.
Nuria ha dedicado varios de sus programas a desnudar aspectos cuestionables de la vida del funcionario público que es Euclides Gutiérrez, como el no querer pagar la luz y pretender un trato privilegiado al respecto, o la forma en que como Superintendente de Seguros ha manejado la liquidación de la compañía de seguros Segna, la venta de inmuebles, la designación de su propia hija, el uso de tarjetas de crédito, la asignación de vehículos, la construcción de un parqueo y algunos otros hechos que desdicen mucho su calidad de servidor público.
A los datos aportados por Nuria, Euclides Gutiérrez debió responder no solo desmintiendo los hechos denunciados sino también aportando las pruebas correspondientes, lo que no ha hecho y por el contrario en cada ocasión se ha comportado con la terrible arrogancia que por lo visto lo ha acompañado desde largo tiempo, mezclada con un ego patológico, invitando a pelear y decretando que es el dueño de la verdad absoluta.
Escuché la entrevista en que Euclides Gutiérrez pretendió desacreditar a Nuria llamándola extranjera y en la que habló de su padre, Enrique Piera. Se asombraba de cómo una “extranjera” como Nuria podía acusar de no pagar la luz a una persona como él, con una biblioteca de dos niveles y 20 mil ejemplares. Aunque reconozco que el señor Gutiérrez es un buen escritor, sería un dato revelador saber cuántos ejemplares de sus libros han sido comprados por entidades públicas y cuántos se han vendido en librerías.
Euclides Gutiérrez se retrató de cuerpo entero cuando se refirió con satisfacción a las excelentes condiciones que adornaban a Trujillo y a Balaguer: “Balaguer, que era un jefe político de primera categoría, excepcionalmente brillante, cínico, irónico, perverso; pervertía a los hombres. Son las tres expresiones de la inteligencia: el cinismo, la ironía y la perversidad. Trujillo no era perverso, porque Trujillo no corrompía a los hombres que le servían, todo lo contrario, tenía un equipo de asesinos, tenía gente para cada cosa”.
Esos son los modelos que Euclides Gutiérrez ha admirado toda la vida porque aunque estuvo físicamente por muchos años al lado de Juan Bosch, uno de los líderes más virtuosos de todos los tiempos, su proverbial incontinencia verbal ha dejado muy claro que a quienes verdaderamente seguía era a Trujillo y a Balaguer. Es la única forma de explicar frases como la de que “Trujillo no corrompía a los hombres que le servían”. O que esté de acuerdo con que las tres expresiones de la inteligencia son el cinismo, la ironía y la perversidad. También reconozco que el señor Gutiérrez es un hombre muy inteligente.
¿Por qué razón entiende Euclides Gutiérrez que Balaguer mandó a matar a Enrique Piera? Él mismo lo dice: “por hablar mal de los funcionarios públicos” y lo expresa casi atribuyéndole a esta causa condiciones de inimputabilidad. Algunos pudieran interpretar que Euclides Gutiérrez entiende que así es que hay que tratar a los periodistas que critican a los funcionarios públicos. Parecería que de esa manera es que entiende que debería tratarse a gente que actúa como Nuria Piera.
Euclides Gutiérrez sabe que las palabras que se utilizan y la forma en que se expresan, pueden orientar a otras personas a la violencia sin que haya un mandato claro. Él mismo lo dice en esa entrevista cuando para justificar que fue Balaguer quien mandó a matar a Enrique Piera, expresa: “[Balaguer] tenía su estilo. ¿Tú sabes qué fue lo que dijo? Cuando terminaron de pelarlo, que lo estaban sacudiendo, lo que había oído de este señor que hablaba en la radio –refiriéndose al padre de Nuria- dijo, yo no me explico cómo es posible que un hombre que no nació aquí, que sus padres no están enterrados aquí, ni sus abuelos, que no se sabe realmente quién es, pueda todos los días estar difamando y acusando a los funcionarios del Estado dominicano, y nadie le pase cuentas, y a los dos días estaba con una manguera en el patio de su casa del Ensanche Ozama, se apeó un hombre de un carro Mercedes Benz y pan, pan, pan, le dio tres balazos…”.
Nuria, con el apoyo eterno detrás de las cámaras de su hermana Sonia, no ha hecho otra cosa que seguir la conducta que Euclides le atribuye a su padre, de criticar a los funcionarios públicos que en su opinión y de acuerdo al análisis que hace de los datos recabados, merecen ser criticados. Y tanto Nuria como Sonia deben sentirse orgullosas de su padre, como muchos dominicanos y dominicanas nos sentimos orgullosas de ellas porque trabajan el periodismo de investigación en forma vertical, sacando a la luz pública mucha corrupción que de no ser por ellas y por otros como ellas, se quedarían para siempre en la oscuridad y sin consecuencias de ningún tipo. Y ellas lo hacen a sabiendas de que corren el mismo riesgo que corrió su padre y que por lo tanto podrían correr su misma suerte. Por eso las admiro aún más y no dudo en expresarles mi apoyo ante los ataques del señor Gutiérrez.
Es cierto que la impunidad impera en el país, pero esto no quiere decir que no existan consecuencias, pues gracias al trabajo de Nuria y todo su equipo, y a otros que hacen periodismo de investigación, la ciudadanía va poco a poco asumiendo conciencia, conoce cada vez mejor a sus funcionarios públicos, a los buenos y a los malos de todos los partidos, y gracias a esa conciencia ciudadana, cada día más alta, llegará el momento en que el sistema de justicia reaccione y deje de amparar a los corruptos.