Celebramos que Acción Empresarial por la educación (EDUCA) haya dado a conocer su estudio sobre “Calidad del gasto educativo en República Dominicana”. Hacía falta que se diera a conocer una investigación realizada con rigor científico recogiera los resultados de los tres años consecutivos que el gobierno ha dedicado el 4% del PIB al sector educativo.

A partir de los primeros esfuerzos, que han consistido en una gran inversión en construcción de aulas y mejorías de las existentes, se reenfoque la inversión hacia la calidad de la educación, y que también la calidad del gasto sea un elemento vital a tomar en cuenta por parte de las autoridades. Se dispone de recursos, pero los mismos hay que saber dedicarlos a los procesos que ayuden en la entrega de un producto de calidad. Lo que dice la experiencia es que la calidad de la inversión en educación está relacionada con la calidad del producto que de ella surge.

Aunque hay deficiencias en escuelas como las de la Cordillera Central, en Azua y Padre Las Casas, como hemos puesto en evidencia en Acento, también debe reconocerse la cantidad de estudiantes por aula ha mejorado significativamente en RD: Se redujo, en provincia, en promedio un 16% según el estudio de EDUCA.

Otra constancia es la mejoría de los salarios de los maestros dominicanos, que ha crecido en promedio un 27% entre el 2011 y el 2015. En la gestión del presidente Medina creció en promedio un 40%, pero los aumentos de salarios no tienen una relación con los niveles de desempeño del magisterio. En ese sentido no se ha registrado un aumento de la calidad docente en el período estudiado. Habrá que insistir, y que los fondos destinados en el presupuesto del 2016, RD$3,324 millones, representen un empuje significativo en la mejoría de la calidad docente y en el producto final que de ella surja.

Un riesgo es que administradores, funcionarios y ministros se sintieran tentados a utilizar el presupuesto con el 4% del PIB para abultar la nómina del ministerio con designaciones políticas, para promoción electorera, sin tomar en cuenta el daño que estas designaciones representan para los esfuerzos de muchos actores y protagonistas del sector educativo, desinteresados de los asuntos administrativos.

Dice el informe de EDUCA que en apenas 3 años se integraron al sistema más de 33,110 nuevos funcionarios, no docentes, incrementando la ratio sobre la cantidad de docentes incluso más allá de lo recomendado por los reglamentos dominicanos y por las buenas prácticas de los sistemas educativos más eficientes. Es casi dramático admitir que en el sector educativo actual por cada 10 maestros hay designados 9 empleados administrativos. Y eso conspira contra la calidad, desde cualquier punto de vista.

Este dato, más la gravísima realidad de pobreza de los centros escolares, deja muchas dudas sobre la calidad del gasto en educación. El gasto dirigido directamente a los centros escolares, en los últimos cinco años, pasó de un 73.79% en 2011 a un 88.94% en el 2015.

“Al analizar el gasto educativo y compararlo con otras actividades que generan mayor valor agregado, se identificaron actividades cuyo presupuesto seguramente pudiera optimizarse.  Por ejemplo los gastos por concepto de publicación y publicidad crecieron un 500% entre 2013 y 2014, una variación significativa si se tiene en cuenta que el aumento nominal del presupuesto del MINERD entre esos años fue de 9.5%”. Esto ha sido escrito con mucha cautela y en un lenguaje políticamente correcto, para no herir susceptibilidades. Pero es una realidad que debe avergonzar a quienes lucharon denodadamente por la asignación del 4% del PIB para la educación.

Estos son sólo algunos aspectos que anotamos del estudio dado a conocer por EDUCA sobre una cuestión vital para el desarrollo económico y social de nuestro país.

Seguiremos comentando.