Este jueves Estados Unidos alcanzó el liderazgo mundial en coronavirus, con más de 83,800 personas infectadas. De los 175 países que batallan contra el virus, incluyendo China, Italia y España, ya Estados Unidos sobrepasó el liderazgo y es probable que a partir de ahora nadie lo destrone de esa posición.

Mientras Italia encabeza los países con más personas fallecidas, con 8,215 muertes, seguido de España con 4,365, Estados Unidos se queda por debajo en estas cifras, porque no se ha podido reunir toda la información, y apenas la ciudad de Nueva York ha ofrecido cifras de muertes, que son 281, seguido de Washington con 109, New Jersey con 63, Lousiana 46, Georgia con 32, Michigan con 21 y una lista de Estados que independientemente no han confirmado un consolidado. Sumando los casos particulares, incluyendo Puerto Rico, los fallecidos llegarían hasta 960 personas. Estados Unidos sería el país número seis en muerte hasta este jueves, solo superado por Francia, Irán, China, España e Italia. Italia es líder en esté tétrico renglón con 8,215 fallecidos.

Estados Unidos es la primera potencia económica mundial, y también militar y en nuevas tecnologías. Sus autoridades tuvieron un comportamiento inicial dubitativo sobre el virus, y gestionaron la crisis con incredulidad e irresponsabilidad. Solo hay que escuchar las frases de la evolución del virus en los twits del presidente Donald Trump, para concluir que les faltó inteligencia, previsión y medidas preventivas inteligentes. Italia también ha pagado por el relajamiento de las normas que se impusieron en China y que fueron recomendadas por el Organización Mundial de la Salud.

Los asiáticos República Popular China, Corea del Sur y Japón han aplicado políticas para contener el virus y lo han logrado. Habrá quienes se refieran a sus éxitos por el régimen político de control absoluto, como en el caso de China, o de la cultura, como en el caso de Corea. Son países que han tenido éxitos en la contención de la pandemia, y a los que están acudiendo hoy día los países europeos, y hasta la misma República Dominicana, que decidió adquirir tecnología china para contener el virus.

Ojalá tengamos éxito en las tareas que estamos emprendiendo. Desconocemos las razones por las que el gobierno se ha aventurado a utilizar aviones de la empresa de Gonzalo Castillo, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, para acudir a China a buscar los materiales y equipos que se están adquiriendo. Si se tratara de una iniciativa individual de Castillo, y no del gobierno, sería peor la situación. Cómo el gobierno dominicano, que tiene una responsabilidad con la salud de la sociedad dominicana, permite que alguien de la política se vaya delante y adquiera tecnología para la salud de la sociedad, sin que quien recauda los impuestos haga esa diligencia.

El presidente Medina habló antes de ayer al país. Es su segundo discurso, y no respondió directamente las sugerencias y propuestas de los partidos de oposición, ni de Luis Abinader y Leonel Fernández. El presidente dijo que este problema requiere de una respuesta de toda la sociedad, pero no ha incluido a los partidos en la búsqueda de solución. Politizar las medidas y soluciones sería un gravísimo error. Una tentación es no hacer caso a los partidos opositores, y que el gobierno intente recuperar credibilidad y apoyo con las medidas de emergencia, para endosar ese apoyo a su candidato presidencial. ¿Funcionaría esa estrategia? Creemos que no.

Insistimos que el gobierno debe hacer un esfuerzo para reunir a todas las fuerzas sociales, políticas, económicas, religiosas, comunitarias, para que todas a una, con voluntad y entrega, pongan en marcha una estrategia nacional que separe a las personas infectadas de las personas sanas, y que se apliquen la mayor cantidad de pruebas de detección en el menor tiempo posible.

Por ahí marcha nuestra estrategia, por ahí debemos ir, pero no iremos hasta que el gobierno se convenza de que esa es la línea que debemos seguir.