El presidente Leonel Fernández comparece este domingo ante la Asamblea Nacional, reunida con el objetivo único de escuchar su discurso de presentación de las memorias de las actuaciones del gobierno en los últimos doce meses.

La ocasión es, además del acto formal y protocolar, motivo de celebración con motivo del 167 aniversario de la Independencia de la República Dominicana.

Desde el 27 de febrero de 1844, cuando nos separamos de Haití, el país ha evolucionado, ha sobrellevado las agresiones externas, primero del país del cual nos independizamos y luego de las potencias que aspiraron a mantenernos bajo su sombra.

Conservamos un régimen más o menos democrático, con alternancia en el poder, con procesos electorales transparentes, partidos políticos dinámicos

Al día de hoy podemos sentirnos orgullosos de formar parte de una nación con soberanía, pese a los muchos problemas que aún no hemos resuelto. Nuestra bandera engalana los lugares oficiales, los hogares de ciudadanos en nuestro territorio y fuera de él, y nos encontramos entre los países que enfrentan serios desafíos de la modernidad.

Conservamos un régimen más o menos democrático, con alternancia en el poder, con procesos electorales transparentes, partidos políticos dinámicos, liderazgo joven, instituciones que -con sus debilidades, virtudes y defectos- garantizan el derecho de los ciudadanos y ciudadanas al ejercicio de sus libertades.

Las dictaduras, que las padecimos, son cosas del pasado. El crecimiento económico ha sido constante en los años del sistema democrático, pero hemos fallado en reducir las condiciones de pobreza y en integrar a la mayor parte de nuestra nación en el disfrute de los bienes culturales, espirituales y materiales del mundo globalizado.

Hace falta que el país acelere los pasos en los desafíos conocidos, como la reducción de la pobreza, la elevación de los niveles educativos, la mejoría de la calificación en las universidades, y por supuesto, hace falta generar más riquezas y distribuirla mejor.

Superar trabas como las que representan el narcotráfico, la delincuencia, la corrupción, el tráfico de influencias y el derroche y mal uso de recursos públicos, significarían pasos agigantados para mejorar los niveles de vida que los independentistas dominicanos soñaron para su pueblo.

El patricio Juan Pablo Duarte fue el más entregado y puro de los que lanzaron el ideal de la nación

Mejorar servicios como la electricidad, la recogida de basura, el transporte público, el suministro del desayuno escolar o la ampliación de las redes viales del país en todas las regiones, son también necesidades que ayudarían a satisfacer necesidades perentorias. Igual que el mejoramiento de los hospitales públicos, de sus servicios y el suministro de medicamentos, así como la labor preventiva para enfermedades endémicas, que corroen parte del presupuesto de las personas que las padecen.

A estas recomendaciones se podrían agregar muchas otras. Son las aspiraciones de la sociedad, que las recogemos y resumimos con motivo del 167 aniversario de nuestro nacimiento como país libre y soberano.

Nuestra reverencia y honor a los padres fundadores, en especial a Juan Pablo Duarte, el más entregado y puro de los que lanzaron el ideal de la República, así como a Francisco del Rosario Sánchez y a Ramón Matías Mella, por su arrojo y entrega.