En Chile hubo segunda vuelta este domingo y el resultado es positivo para la democracia: Con una clara diferencia a su favor, con apenas el 50 por ciento de los votos computados el candidato perdedor, José Antonio Kast, reconoció el triunfo de Gabriel Boric y lo felicitó, del mismo modo que lo hizo el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien estaba apoyando a Kast.
Definido el cuadro electoral se disipan los temores en Chile, ante la posibilidad de que un extremista de derecha y populista asumiera el poder, reivindicando postulados antidemocráticos como los de Augusto Pinochet, y haciendo uso de fórmulas ya gastadas y muy conocidas y nocivas, como los anti derechos de las minorías, en particular las mujeres, los migrantes, los LGBTI y muchos otros.
Gabriel Boric recibió el apoyo de una amplia coalición democrática, que incluía a socialdemócratas, socialistas, comunistas, socialcristianos, así como el apoyo de los ex presidentes de la Coalición Democrática Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Boric es un joven de apenas 35 años. Es el más joven de los presidentes electos de Chile. Fue dirigente estudiantil y pertenece a la zona más austral de Chile, la ciudad de Punta Arenas, ubicada amás de 3 mil kilómetros de Santiago de Chile, la capital.
Con el triunfo de Gabriel Boric se confirma lo que ya hemos conocido en otros casos de países gobernados por la derecha, que los socialdemócratas han ido ganando mayor relevancia y asumiendo el mando en países cada vez más importantes.
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México, fue uno de los primeros en darse con esta tendencia, seguido del peronista Alberto Fernández, en Argentina, luego de Pedro Castillo en Perú, Luis Arce Catacora, en Bolivia, y Xiomara Castro, electa presidenta de Honduras, y quien tomará posición el próximo 27 de enero. El cuadro podría completarse con las elecciones en Brasil, donde Luis Ignacio Lula lleva la delantera, y en Colombia, donde Gustavo Petro igualmente se encuentra como favorito.
Si esta tendencia se mantiene el péndulo democrático estaría girando más hacia la izquierda que a la derecha. Se entiende que se trata de un momento particular, que deja atrás la vocación hacia gobernantes de derecha electos en procesos anteriores. Otras elecciones, como la de Nayib Bukele, en El Salvador, dejan dudas sobre el tema ideológico, y confirman una posición más inclinada hacia los jóvenes tecnócratas e innovadores, dejando atrás los viejos y tradicionales liderazgos.
Dejamos aparte las dictaduras de Nicaragua, recientemente confirmada con un fraude electoral sin ninguna credibilidad, y la de Venezuela, patrocinada con patrañas y truculencias por el dictador Nicolás Maduro, quien se ha reafirmado en su posición de controlar la política de su país expulsando a los venezolanos y condicionando y truqueando las urnas.
Felicitamos a los chilenos por el triunfo de una opción democrática, y esperando que Chile siga del lado de los procesos democráticos y democratizadores de América Latina, incluidos los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los derechos de las minorías.