Leonel Fernández se comprometió a retornar mensualmente a Santiago a supervisar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en la reunión del sábado, con varios sectores, sobre el auge de la violencia y la delincuencia.
Es bueno que el presidente exprese su disposición para participar en la supervisión del cumplimiento de los acuerdos, y en particular los niveles de cumplimiento de los funcionarios que dependen del gobierno.
Esa misma promesa la hizo el presidente en su primer encuentro con los sectores populares de la zona norte de Santo Domingo. Y la pasada semana cumplió con una visita a Gualey, donde conversó con dirigentes populares.
Al presidente le quedan 11 meses en el gobierno. Tiene que hacer un esfuerzo para en ese tiempo cumplir con muchas de las actividades que no ha cumplido, porque ha dedicado más tiempo a sus preocupaciones intelectuales que a la tarea ardua y dura de gobernar. Eso es lo que dice el cable de la embajada de los Estados Unidos publicado este lunes por Acento.
El primer mandatario debe atender los asuntos de Estado, que requieren de mucha atención. Debe realizar viajes al exterior, relacionados con la política exterior y la promoción de la inversión extranjera, pero al mismo tiempo dedicar tiempo a los asuntos administrativos del Palacio Nacional, que requieren de su atención.
El presidente Fernández ha dedicado poco tiempo a los temas cotidianos, como la violencia, la delincuencia, el costo de la vida, las dificultades de la gente para obtener agua potable, energía eléctrica entre muchos otros asuntos aparentemente livianos, pero a los que la gente la brinda toda la importancia posible.
Si es cierto el dato, proporcionado a los americanos por Frederick Emán Zadé, ex director ejecutivo de Funglode, que el presidente dedicaba cinco tardes de la semana a manejar los asuntos intelectuales de la Fundación, habría que decir que el presidente ha dedicado poco tiempo a los asuntos de Gobierno.
El presidente debe profundizar en esta dinámica que ha asumido recientemente. Son muchos los temas que requieren de su atención directa, presencial, para que se agilicen en la solución. El país tiene muchos problemas, y los servicios públicos son altamente deficitarios.
Con decir que el último Informe de Competitividad del Foro Económico de Davos nos coloca en la última posición en varios renglones, incluyendo en despilfarro de los fondos públicos, falta de confianza en la Policía Nacional o calidad de la Educación primaria. Esos son temas para que el presidente atienda directamente.
El ejercicio gubernamental es muy complejo en un país con tantas deficiencias. Leonel Fernández conoce esos problemas y fue muy descriptivo en la campaña electoral, identificándolos y prometiendo su atención y solución. Según el informe de Competitividad, la República Dominicana descendió de la posición 101 a la 110, entre un año y otro. Es lamentable que en vez de mejorar estemos desmejorando en los indicadores.
Obviamente, el presidente de la República no necesariamente es el responsable del deterioro de los problemas, pero es el responsable de poner en práctica políticas públicas para que la situación mejore. Ese es su compromiso. La Fundación Global es una entidad privada, es una asociación que consume el tiempo que el presidente debía dedicar a los asuntos públicos. El presidente administra su tiempo de acuerdo con sus prioridades. Y nadie debe inmiscuirse en los temas de su agenda. Sin embargo, el presidente tiene un compromiso mayor que cualquier otro ciudadano con la atención a los problemas de la sociedad. El administra un presupuesto de casi 400 mil millones de pesos al año.
Corresponde que el presidente siga el ritmo de compromisos que está asumiendo desde hace unas semanas, decidido a dedicar atención a los temas que preocupan a la gente, sin que tenga que dejar de lado las preocupaciones de su Think Tank, que es Funglode.