El terremoto que afectó la madrugada del jueves a Japón, seguido de un tsunami, ha producido una tragedia de grandes proporciones, precisamente en el país más preparado para hacer frente a estos fenómenos.

Aún no se tiene un número de víctimas, pero por las vistas que se han divulgado del tsunami, es posible prever que habrá miles de personas fallecidas, y por supuesto que los daños materiales son enormes, tomando en cuenta que Japón es la tercera economía del mundo.

El pueblo y el gobierno japonés han sido solidarios con todos los países en donde han ocurrido tragedias parecidas, y son –en muchos casos- en primer país en enviar brigadas de rescate, precisamente por su extraordinaria preparación para hacer frente a tragedias por terremotos y otros fenómenos de la naturaleza.

La solidaridad con el pueblo y el gobierno de Japón debe expresarse, en la medida de las posibilidades del pueblo y el gobierno dominicano, por más pequeña que esta pueda entenderse. Lo que vale en estos casos es el gesto, la voluntad y el ánimo de ponerse presente.

El pueblo japonés es y ha sido trabajador, voluntarioso y decidido a trazar su porvenir. Pese a su desastrosa participación en la Segunda Guerra Mundial, al lado de los dictadores y genocidas, pudo resurgir con una economía vibrante y colocarse en una posición privilegiada, especialmente con su industria y sus aportes al desarrollo tecnológico.

Japón ha demostrado, con su cultura y su educación, que las tradiciones pueden conservarse sin dejar de lado la modernización. Japón ha sido ejemplo en trabajo, en calidad de sus exportaciones y en distribución de sus riquezas. Con un territorio relativamente pequeño y fragmentado, ha dado ejemplo de que es posible producir más y mejor, exportar más, generar riquezas y redistribuirlas entre sus ciudadanos.

El terremoto y el tsunami que le han afectado no desanimarán a los japoneses, que de seguro se levantarán, se quitarán el polvo, curarán sus heridas, y retomarán el paso que llevaban en el liderazgo de los países más avanzados del mundo.