Quien se asocia con Quirino Paulino Castillo, para cualquier actividad política, económica o social corre el riesgo de ser señalado en actividades ilícitas, en lavado de activos o en connivencia con una persona tachada por la sociedad como narcotraficante.
Se puede argumentar en su favor que la justicia de los Estados Unidos llegó a un acuerdo con él para bajar la pena de prisión y otros cargos, ayudar a su familia y hasta dejarle algunos recursos. Es decir, los americanos llegaron a un acuerdo con Quirino, pero para obtener más información de su parte, para convertirlo en delator de las sociedades que tenía con personeros más importantes que él en la sociedad dominicana y en cualquier otro país en donde tuviera relaciones.
Quirino Ernesto Paulino Castillo aprovechó la celebración del Día de la Independencia Nacional, el 27 de Febrero, para trasladarse a la República Dominicana, su país, y pasar alrededor de las 4:00 de la madrugada por el Aeropuerto Internacional de Las Américas, sin dificultades. Los cuerpos de inteligencia de la RD no se percataron hasta que Quirino estuvo en suelo dominicano. Estados Unidos no informó del viaje de Quirino a las autoridades dominicanas, se ha dicho.
En ninguna cabeza puede caber que el gobierno del presidente Danilo Medina tenga sociedad con Quirino para nada, y menos para convencerlo de venir al país a jugar a la política o meterse en los asuntos electorales del Partido de la Liberación Dominicana. Quien conciba algo así puede considerarse un loco, alguien que ha perdido el juicio o sencillamente una mente diabólica empeñada en hacer creer que el gobierno dominicano está encabezado por demonios en los que no es posible confiar.
Por eso no es extraño que un grupo de ultranacionalistas, en el Parque Independencia el 27 de febrero, llevara pancartas con la imagen del presidente Medina y de varios periodistas, declarando traidor a la patria al presidente y pidiendo irresponsablemente su muerte. Una cosa y otra no puede ser desligada, porque está clara que tiene que ser la misma perversa mentalidad que desea enlodar al presidente Medina con estas irresponsables asociaciones.
Es Quirino Ernesto Paulino Castillo quien ha declarado reiteradamente que tuvo una sociedad con el ex presidente de la República Leonel Fernández. Quirino no ha mencionado a Danilo Medina, y hay que suponer que no conoce al actual presidente ni a ninguno de los funcionarios de la administración del presidente, salvo aquellos que siguen vinculados al ex presidente Fernández y que –según Quirino- sirvieron de mensajeros entre él y Leonel. Ahora le quieren atribuir a Danilo Medina una relación con Quirino, negando lo que el propio Quirino dice, que es con Leonel con quien ha sostenido una amplia y profunda relación. Este es el colmo de los colmos.
El discurso del presidente Medina en la Asamblea Nacional reunida este 27 de Febrero, ni los acontecimientos en Haití, pueden ser utilizados para pasar por alto el retorno al país de Quirino. Este hombre ha dicho a lo que viene a su país, a buscar que le paguen las personas que le deben, a recuperar propiedades y a buscar respuestas de sus antiguos socios.
Tampoco se puede olvidar que un grupo de sembradores de odio, reiterando una postura que ya se conoce y ha sido entregada a los tribunales, está agregando más leña al fuego y ahora incrementando el delito al incluir la solicitud de asesinato del presidente de la República Danilo Medina. Ese mismo grupo es quien vincula al gobierno del presidente Medina con Quirino para que llegara al país en sus brazos y propiciar el daño a la imagen del ex presidente Leonel Fernández, y que no pueda ser candidato presidencial.
Estas irresponsables asociaciones, imposibles de demostrar, deben tener una respuesta del gobierno. El silencio no puede ser la respuesta del gobierno a quienes se han atrevido a hacer este tipo de imputaciones. Hay que ser muy perverso para atribuirlas o muy cobardes los funcionarios del gobierno si guardan silencio.