El vicepresidente de la República, Rafael Alburquerque, anunció anoche su retiro de la campaña interna del Partido de la Liberación Dominicana, y su declinación a favor de Danilo Medina, el más fuerte de los aspirantes a la nominación peledeista.

Alburquerque, en un gesto lo que lo enaltece, sugiere a los demás aspirantes a declinar a favor de Danilo, para que se produzca una proclamación desde ya y el PLD se ahorre el tiempo y los recursos que implica un congreso elector.

Estamos de acuerdo con Rafael Alburquerque. El pasado 27 de abril Acento publicó un editorial sugiriendo lo mismo, y explicando las razones por las que debía evitarse una contienda interna muy larga.

Tenemos entendido que en el diálogo de esta semana entre Danilo Medina y Leonel Fernández se habló de esa posibilidad. El hecho de que el vicepresidente de la República tome esta decisión, es un claro consentimiento del presidente. Las encuestas que se han publicado hasta el momento, Gallup Dominicana y Penn, Schoen & Berland, han dicho que los demás aspirantes no tienen posibilidad de desempeñar un papel airoso.

Hay excelentes precandidatos, pero este no es su momento. Será en otra oportunidad que sus aspiraciones podrían prender en el electorado.

Tomando en cuenta estos elementos, repetimos el editorial del 27 de abril pasado:

Danilo es el candidato del PLD, que los demás despejen el camino

El PLD y el país ahorrarían recursos, ruidos y tensiones. Y el 26 de junio solo habría que prepararse para una proclamación sin tensiones.

Con el retiro de Margarita Cedeño de la contienda interna en el PLD, se despeja el camino para que ese partido escoja, sin traumas, al candidato presidencial para las elecciones de mayo del próximo año.

Hay que valorar el esfuerzo que realizan los precandidatos Francisco Domínguez Brito, Franklin Almeyda, José Tomás Pérez, Radhamés Segura y Rafael Alburquerque. Todos tienen méritos dentro del PLD para brillar y construir una carrera política.

Almeyda, sin embargo, es un hombre con serios achaques de salud, operado varias veces y con marcapasos, que le impiden una dinámica de mucho esfuerzo como demanda la política. Es un dirigente histórico del PLD, que ya vio pasar los mejores años de su vida. Fue rector de la UASD y ha sido ministro en varias ocasiones.

Rafael Alburquerque es el de más edad, 70 años, ha sido un hombre de una dilatada carrera política en el PRD y en el PLD. Fue rector de la UASD, ministro de trabajo por 8 años, fundó el Partido del Pueblo Dominicano y finalmente obtuvo la vicepresidencia de la República. Su gran éxito es haber regresado al PLD, el partido al que dedicó muchos años de su vida, y fue secretario general del PLD. Ha completado una carrera exitosa.

Francisco Domínguez Brito tiene una carrera por delante. Es el más joven de los precandidatos, 45 años, y una gran simpatía dentro y fuera del PLD, pero debe saber que este no es su momento. Debe continuar ejercitándose, haciendo un aporte al PLD y al país con sus ideas. Ha sido buen Fiscal del Distrito Nacional, buen Procurador General de la República y buen Senador por Santiago. Una demostración de racionalidad es que entienda que este momento no es el suyo, y que incluso abandone las amarras que tiene al gobierno, porque ha perdido brillo con la pérdida de criticidad.

José Tomás Pérez y Radhamés Segura eran funcionarios del gobierno y pusieron a depender sus aspìraciones de la decisión de Leonel Fernández, como también lo hizo Rafael Alburquerque. En ambos casos se trata de dirigentes del PLD que han tenido éxito en algunos momentos, en especial José Tomás Pérez, pero han caído en una dependencia del poder que no les permite seguir adelante, a menos que prefieran seguir perdiendo tiempo y recursos.

Lo correcto es que estos dirigentes del PLD le ahorren a ese partido las presiones y los traumas que implica una elección que se sabe decidida de antemano a favor de Danilo Medina. La renuncia a sus aspiraciones, y el reconocimiento de Danilo Medina como el candidato desde ya del PLD, impulsarían esas aspiraciones más allá de lo que se podrían proyectar con una elección el 26 de junio.

Y así dan una demostración de racionalidad política y económica, en un tiempo en que el país requiere de ahorro de los recursos del Estado. El ruido de la pre-campaña también nos lo ahorraríamos. Y las notas de prensa y muchas entrevistas en radio y en TV. Que lo piensen. El país y el PLD ganarían.