El ex presidente de Brasil, Michel Temer, fue apresado la mañana de este jueves en Sao Paulo. La orden de prisión preventiva fue dictada por un juez de primera instancia que conoce varios expedientes en su contra, por recepción de sobornos, como dirigente del Movimiento Democrático Brasileño (MDB).
Temer llegó a la vicepresidencia de Brasil en 2011, acompañando a la presidenta Dilma Rousseff. En 2016 se produjo la destitución de Rousseff y Temer asumió la presidencia, traicionando a quien le había promovido. Todos los partidos políticos habían sido receptores de sobornos en múltiples ocasiones, por casos diferentes, y Michel Temer fue beneficiario de un proyecto Electronuclear favorecido por los votos de los dirigentes del MDB.
Cuando asumió la presidencia de Brasil hubo varios intentos por procesarlo judicialmente, pero la actuación de la justicia pasaba por el Congreso de Brasil, que respetó el fuero presidencial y le fue denegado a la justicia procesarlo. Paso el proceso electoral, entregada la presidencia, la justicia ordinaria retomó el caso contra Temer y ya está bajo prisión.
Muchos políticos brasileños están en prisión. No es sorpresa que otro vaya a la cárcel. El más reconocido y famoso político brasileño es Luis Eduardo Lula Da Silva, quien guarda prisión por haber partido de actos ilícitos. Y le fue impedida su participación en las elecciones del año pasado, porque un condenado no tiene derecho a optar para ninguna posición electiva y menos para la presidencia.
Ahora la ultraderecha gobierna Brasil. El sistema judicial ha sido sometido a muchos cuestionamientos, especialmente luego de que el juez del proceso Lava Jato, Sergio Moro, aceptara ser ministro de Justicia de Jair Bolsonaro. Muchas especulaciones se hicieron sobre las intenciones políticas de los procesos anticorrupción.
Sin embargo, la puesta en prisión de Michel Temer es una evidencia de la fortaleza de la justicia de Brasil, y de que nadie está libre de ser procesado judicialmente y llevado a prisión, como acaba de ocurrir con el expresidente Temer.
La garantía que tienen los países para proteger su sistema democrático es garantizar una justicia independiente. La justicia independiente es la clave para que nadie se sienta impune a la acción pública. Y que los funcionarios públicos sepan que utilizar patrañas, robar, denigrar, hacer campañas asquerosas como la que le están haciendo a la magistrada Miriam Germán, en algún momento tendrán que pagarla, porque están utilizando los mecanismos públicos para romper con la dignidad de las personas. Personas correctas y honestar.
Quien la hace la paga. Ese dicho popular deberá quedar bien claro para los que ejercen funciones públicas y abusan de su poder. Y para que no haya impunidad la justicia tiene que ser independiente, y ser honesta, no solo parecerlo.