Las elecciones municipales del próximo domingo 16 de febrero aún no cuentan con un Procurador General Adjunto para los asuntos electorales, como ordena la ley. Por tanto, ni los partidos, ni los candidatos ni la sociedad tienen garantía de que los delitos electorales de los que tanto se ha hablado puedan ser investigados, comprobados, perseguidos y sancionados.
La Procuraduría General de la República dispuso que los fiscales en todo el país actúen como fiscales electorales. Es probable que recibieran algún entrenamiento, pero hay que decir que estamos ante una materia especializada, que requiere una experiencia y unos procedimientos de actuación.
No existe un Procurador General Adjunto, y por tanto quien se ha colocado al frente de la persecución de los delitos electorales es el propio Procurador General de la República. Esa es una decisión que nadie le obstaculizará al procurador Jean Alain Rodríguez.
Sin embargo, este importante funcionario deberá de tener presente que, por su vinculación con el partido de gobierno, entidad de la cual se separó formalmente al asumir sus responsabilidades de servidor público en el Ministerio Público, hay sectores que le siguen considerando como un cuadro político. Incluso no faltará quien le observe como parte interesada en el presente proceso electoral.
Para despejar el temor o las críticas, lo correcto sería que el señor Jean Alain Rodríguez, dentro del Consejo del Ministerio Público, viabillizara la designación de un Procurador General Adjunto, de los que ya tiene a su lado, con la tarea de encabezar los asuntos electorales.
Un tema como el de la formación y entrenamiento de esa persona no será posible para las elecciones del domingo, porque el tiempo se ha agotado. Pero para los comicios de mayo, congresuales y presidenciales, no solo será posible, sino indispensable.
Vamos a las elecciones municipales con uno de los actores mutilado, el fiscal especial para los asuntos electorales, que no puede serlo el procurador Jean Alain Rodríguez en persona. Eso complicará y podría anular cualquier acción que se intente realizar, y él podría ser acusado o señalado de parcial. Así son los procesos políticos y electorales en el país y es necesario actuar con prudencia, y ayudar a la Junta Central Electoral para que las elecciones resulten transparentes y sin manchas.
El país tendrá observadores nacionales e internacionales. La materia electoral se estudia y la parte de los delitos electorales es cada día más sofisticada y compleja. Actuar de modo transparente e imparcial es crucial ahora, antes de que lleguemos al día 16. Tal vez no hay tiempo, pero de cualquier modo sería un gesto que el país agradecería al Procurador General de la República.