Una serie de reportajes publicados por Acento, de la autoría del experimentado periodista Panky Corcino, pone de nuevo sobre la atención pública un asunto pendiente, necesario y de transparencia para las finanzas públicas:

La participación de las Asociaciones Sin Fines de Lucro en el presupuesto nacional de cada año. En 2013se destinaron 1,476 millones de pesos para esas entidades, y en el 2014 se tiene contemplado asignarles 1,543 millones.

El aporte es necesario. El Estado tiene dar sostenibilidad a quienes dedican tiempo y esfuerzo para trabajar en sectores, áreas y poblaciones necesitadas, que no son bien atendidas por los servicios públicos. Si se calculara el aporte que representa el trabajo de las ASFL, en el año, por supuesto que duplicaría y triplicaría el monto destinado por el Estado para impulsarlas.

El problema está en la transparencia, en los políticamente influyentes, que dicen tener entidades ASFL y que en definitiva no realizan ningún trabajo, utilizan los fondos para fines personales, políticos, que nada tienen que ver con las necesidades de las personas.

El Ministerio de Economía y Planificación y la Dirección General de Impuestos Internos, conjuntamente con otras entidades estatales, realizan un esfuerzo para auxiliar con un poco de transparencia a las ONGs fantasmas, utilizando la ley 122-05, que propone medidas muy claras sobre acreditación y solvencia de las ASFL.

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