El presidente Leonel Fernández comparecerá ante la Asamblea Nacional el próximo domingo, 27 de febrero. Su rendición de cuenta del ejercicio gubernamental el año 2010 está cargada de expectativas.

El año pasado hubo modificación de la Constitución de la República, y no cualquier cambio, sino uno más profundo, más ambicioso y hasta más polémico, por las nuevas instituciones creadas y porque implica un cambio en la cultura jurídica y política del país.

Por ejemplo, la creación del Tribunal Constitucional ha traído aparejada una discusión sobre el tema de las competencias, entre la Suprema Corte de Justicia y la nueva entidad, que ha roto las expectativas, porque en este debate alguna gente casi ha llegado a rasgarse las vestiduras.

La educación ha representado graves desafíos para el, no sólo por el fallido desayuno escolar, sino por los recursos y la cuestión de la calidad de la educación.

Sigue sin definir un asunto que también es constitucional, pero también es político: la reelección presidencial. Habría quedado zanjado en forma definitiva, y Leonel Fernández no podría participar como candidato, si no estuviéramos en la República Dominicana, donde cualquier rejuego es posible.

Pese a que la Constitución prohíbe la reelección, varios de los precandidatos del Partido de la Liberación Dominicana promueven sus aspiraciones condicionadas a que el doctor Fernández decida si va a optar de nuevo por presentarse. Sería inconstitucional, pero los promotores quieren que mientras Leonel respire nadie aspìre.

El presidente tiene muchos temas en carpeta. La educación, por ejemplo, que ha representado graves desafíos para el gobierno en el 2010, no sólo por el desayuno escolar fallido, sino por el tema de los recursos y por la cuestión de la calidad de la educación y la cantidad de dinero que debe destinar el gobierno a ella.

También está la preocupación por la seguridad ciudadana, que en el 2010 desbordó los límites, con muchos crímenes por encargo, con el aumento desmedido de la delincuencia rateril y de cuello blanco, así como la precaria actuación de los cuerpos policiales y militares, tan estrechamente vinculados a las actividades delictivas, muchas de ellas enganchadas con las drogas y su sucio negocio.

El doctor Fernández irá a la Asamblea Nacional este domingo, y la mayor parte del país estará tranquila, expectante, dispuesta a escuchar los argumentos del presidente sobre las fallas que como nación seguimos teniendo, para avanzar en áreas vitales para el desarrollo, la competitividad, la productividad y la generación de divisas.

El país tiene que seguir avanzando. Aspiramos que las ambiciones políticas no tronchen la carrera de mucha gente, que desde hace tantos años se sacrifica para que la sociedad dominicana siga adelante. El presidente lo sabe, y ojalá que no cometa el error de insistir en la reelección presidencial por un tercer período.