El presidente Danilo Medina dijo anoche que este es el tiempo para el protagonismo de los especialistas, pero que sería una irresponsabilidad no dirigirse nuevamente al país, un mes después de iniciada la cuarentena y las medidas oficiales para proteger a la ciudadanía. Eso explica su largo silencio.
Por lo visto, el presidente está satisfecho con lo que hemos hecho y con las previsiones que tomamos para hacer frente al virus. Para el presidente actuamos a tiempo y fuimos previsores, y estamos entre los países de la región con menor tasa de mortalidad del virus y con menor cantidad de contagios.
El presidente es muy optimismo. Tanto que la comparación que hizo fue entre un país, República Dominicana, y una ciudad de los Estados Unidos, Nueva York. Citó los contagiados y los muertos en Nueva York y los contagiados y los muertos en la República Dominicana. Claro que no es posible asimilar tal comparación, pero el presidente nuestro habló con el alcalde de Nueva York y recibió datos directos de ese funcionario. Quedó alarmado, consternado, de la cantidad de hispanos o latinos afectados y de los fallecidos, un 34 por ciento de ellos hispanos, principalmente dominicanos.
El presidente dijo en su discurso lo siguiente: “Por nuestra parte, los dominicanos, supimos reaccionar rápidamente, unidos y con responsabilidad, para reorientar las prioridades de nuestras instituciones, de nuestras empresas, y también de nuestra vida personal y familiar”. No es mucho lo que nos ha afectado el virus, porque llegamos en el último boletín a 4,126 infectados y 200 muertos. Distinto a los miles de infectados y los miles de muertos de muertos en Nueva York. Ya tendemos oportunidad de revisar esa comparación insólita.
El presidente tuvo palabras de gratitud para los dominicanos, por comportarse con educación y acogiendo las recomendaciones de las autoridades, y dijo que todo el que se ha infectado o sospechado de infección ha recibido tratamiento médico. Sigue siendo muy optimista el presidente.
Llamó a la unidad, pero no respondió todas las peticiones que se han formulado desde la oposición para que haya un acuerdo, un pacto, un diálogo, en que los partidos opositores puedan aportar más eficientemente sus conocimientos y cooperación. El presidente agradeció los recursos dispuestos por los partidos para apoyar, solamente eso. Y dijo que cuando ya no sea presidente estará siempre muy agradecido de la ayuda que le han brindado los dominicanos.
La posición del presidentes es que siga la emergencia nacional y el toque de queda hasta que termine abril. Ya veremos lo que puede ocurrir a partir de ese momento. Ni el presidente ni nadie lo tiene claro, pero siempre se tomarán decisiones unilaterales del gobierno, sin tomar en cuenta lo que sugieren grupos empresariales, iglesias o sectores que deseen aportar.
Para el presidente todo está bien con la transparencia. Hay recursos y apoyo para las medianas y pequeñas empresas y lo seguirá haciendo para que retomemos el camino del crecimiento y la prosperidad. Somos el único país que no tendrá recesión en América Latina, según el Banco Mundial, y eso es un estímulo y motivo de alegría para el presidente.
Pudo aterrizar un poco más, y pudo ser más realista. El presidente hizo un discurso optimista, en medio de una tragedia. Y hay quienes creen que eso es positivo. Para nosotros, el presidente debió ser más específico, más aterrizado, abordar los temas con mayor amplitud, y por supuesto debió responder los asuntos institucionales relacionadas con la finalización de su período de gobierno y la elección de un nuevo presidente de la República, ahora pautada para el 5 de julio. Esos temas no los abordó y nos dejó esperando algo más claro.
El temor de la crisis institucional está presente. Hay grupos que trabajan al margen de las mejores intenciones, para que una crisis se convierta en una oportunidad política inimaginable. Rio revuelto, ganancia de pescadores. Hay otros grupos que trabajan para que este país prospere y tenga alternancia política y gubernamental. El presidente no puede ser ajeno a estos asuntos tan vitales de la democracia dominicana.