El narcotráfico es un crimen, reconocido por todos los países como un delito de grandes dimensiones, con efectos perniciosos sobre la salud de las personas, sobre la institucionalidad democrática, sobre la seguridad ciudadana, sobre la calidad e independencia de la justicia y generador de una economía subterránea enormemente corrosiva.

Quirino Ernesto Paulino Castillo envió a Estados Unidos toneladas de droga, que pasaba por la República Dominicana como país puente, y para realizar su criminal trabajo se auxilió de una red de sabuesos que le daba protección y le cubría, como mampara, sus acciones.

Quirino sabía en lo que estaba y era magnánimo con todo el que estaba a su alrededor, para que sus actividades no provocaran ruidos innecesarios. Se hizo un filántropo en el sur, y en particular en Elías Piña, en donde daba dinero a las autoridades y a las comunidades. Él mismo confiesa que si se hubiese lanzado a una candidatura política la hubiese ganado, porque el clientelismo político tiene ya profundas raíces.

Hay que recordar que Pablo Escobar Gaviria, en Colombia, era adorado en barrios y comunidades donde realizó grandes inversiones de carácter social. Incluso fue electo al Congreso de su país. Quirino daba dinero porque lo tenia a borbotones, y porque sabía que ese dinero era una forma de protegerse socialmente.

Se dio cuenta, como muchos otros narcotraficantes, que la política era una forma de ganar apoyo del poder y de conseguir fidelidades, y por eso alega ahora que le dio dinero a un ex presidente de la República, mucho dinero, como inversión para garantizar impunidad y tener sus negocios seguro. Este último elemento no se consiguió plenamente, porque agentes de la DEA de los Estados Unidos lo persiguieron y lo apresaron, y no fue posible conseguir impunidad. Tan pronto fue apresado llamó por teléfono a uno de sus contactos, en la oficlialidad de altura, pero los agentes de la DEA grababan todo.

Quirino no pudo conseguir impunidad, y además de que le apresaron un cargamento con casi mil kilos de cocaína, apresaron a una parte de sus servidores de entonces, y fue pedido en extradición y rápidamente llevado a los tribunales norteamericanos.

Quirino solicitó protección para él y sus familiares, y se la brindaron. Llegó a un acuerdo para delatar a todo el que estuvo con él, que se benefició de sus negocios ilícitos, y por supuesto denunció a sus contactos en otros países. La justifica americana se interesó en obtener información clave para conocer la naturaleza de las actividades y complicidades de Quirino.

Su denuncia de que funcionarios del más alto nivel se beneficiaron del dinero que obtenía del tráfico de drogas, y ofreció una lista de nombres que incluyen a un ex presidente, a un senador, a varios militares y otros allegados, es un dato para ser investigado. Quien recibe dinero del narcotráfico, con conciencia de cuál es la procedencia de esos fondos, peca de lavado de activos y de beneficiarse de algo absolutamente ilícito y criminal.

Estas denuncias no se toman a la ligera, y ningún país con una justicia que se respete, obvia este tipo de denuncia. El caso Nóos en España incluye a una hija del pasado Rey y ahora una hermana del actual monarca. Y la justicia ha tenido que desarrollar su labor, porque la grandeza de un país se encuentra en conservar las instituciones que le sostienen.

En la Constitución dominicana todos los ciudadanos son iguales ante la ley, y quien se hace reo de la justicia debe ser investigado y procesado. Ese es el mandato de la Constitución votada y proclamada el 26 de enero del 2010.