La participación del Ministerio Público en el caso de Sobeida Félix Morel sigue dejando dudas. El Tribunal de ejecución de la pena le negó la libertad solicitada. Sobeida confesó sus crímenes y los de otros que, asociados a Figueroa Agosto, han sido condenados o han sido exonerados de responsabilidad.
Pero hay casos como el de Miguel Vargas Maldonado, Paul Egan y Yohanny Fermín que dejan dudas mayores. Nunca fueron interrogados, ni hubo demostración del Ministerio Público de querer buscar la verdad, por ejemplo, para que los nombres de estas personas quedaran limpios.
Paul Egan fue declarado en rebeldía por el Tercer Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, acusado de estafa. Esto fue en septiembre del 2012. Estafó a una familia norteamericana. Y el Ministerio Público tenía datos de Egan y de su esposa desde marzo del 2011. El Ministerio Público que ocultó estos nexos delincuenciales debería ser investigado y puesto en cuestionamiento judicial, porque actuó con complicidad o con premeditación, perjudicando a la sociedad.
El peso de la ley recae siempre con más fuerza cuando se trata de violaciones cometidas por las autoridades responsables de cumplir la ley.
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