Técnicamente debe haber una diferencia entre querella y denuncia-querella. La última fue la terminología utilizada por el doctor Marino Vinicio Castillo contra el ex presidente Salvador Jorge Blanco, por un supuesto fraude de más de 17 millones de pesos en la compra de piñas y equipos militares.
En los tribunales dominicanos no hubo diferencias o debates respecto al concepto denuncia o denuncia querella. En realidad, la intención es la misma: denunciar la corrupción, para que el Ministerio Público o los tribunales, como representantes del interés del país, sancionen los actos de corrupción que se prueban.
Aparentemente las denuncias contra Félix Bautista y sus socios, auspiciada por el Grupo C3, tienen fundamento, debido a los datos que se han presentado. Que la justicia reitere la negativa a indagar más a fondo lo que se está denunciando, es una aberración.
Decir que una querella no tiene méritos porque se presentó como denuncia es una excusa para sacar las castañas del fuego a alguien vinculado milagrosamente al desempeño del poder judicial. Claro, hablamos de un poder judicial políticamente comprometido.
Estas denuncias, y la actuación de los jueces de la Suprema Corte de Justicia, llámese Alejandro Moscoso Segarra o Frank Soto, ponen en evidencia que es mucho el trecho que falta por recorrer para alcanzar una justicia independiente.
La lealtad y el compromiso hacia grupos políticos se ponen la toga y sancionan las denuncias de corrupción en nombre de la República.
Se entiende que los jueces dictan sentencias en nombre de la República. Pero lo deben hacer en nombre de una República digna, de una República que asume su propia Constitución, en la que se defiende el patrimonio público y se sanciona la corrupción. Esa es una de las virtudes de la nueva Constitución del año 2010.
Habrá que leer la sentencia de Alejandro Moscoso Segarra, y desentrañar su contenido. Nadie entenderá, salvo Félix Bautista y sus seguidores (a los que se añaden sus paleros violentos que ayer dieron demostración de hasta dónde están dispuestos a llegar), las razones por las que Alejandro Moscoso Segarra hace una diferencia tan notable entre querella y denuncia querella.
Por eso decimos, que esta decisión habrá que engrosarla en el diccionario de la impunidad que habrá que escribir sobre la vergonzosa época que vivimos en la República Dominicana.
Aparantemente el senador Félix Bautista seguirá sonriendo. Él sabe que que el país lo mira con atención, y su sonrisa es necesaria para que la sociedad observe que se trata de un hombre al que no le preocupan estos asuntos morales, ni estas denuncias "sin fundamento" que tanto lo ponen en la atención del público.
Él es senador y secretario de organización del PLD, aparte de ser el hombre de confianza del ex presidente Leonel Fernández. ¡Enhorabuena al senador Félix Bautista¡