Este jueves se inaugura la XVIII Feria Internacional del Libro, dedicada a Perú como país invitado, y al fallecido escritor dominicano don Manuel Rueda.

Perú es un país emblemático en la literatura de América Latina, no sólo por contar entre sus intelectuales y creadores con Julio Ramón Ribeiro, Alfredo Bryce Echenique o Santiago Roncagliolo, por citar tres reconocidos, sino por ser uno de los pocos países del continente con un premio Nóbel de Literatura de la categoría de Mario Vargas Llosa, autor de la novela La Fiesta del Chivo, sobre la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, y una obra que representa un extraordinario vínculo entre Vargas Llosa, Perú y la República Dominicana. Es el único Nóbel Latinoamericano vivo.

Sin embargo, es una iniquidad y una pequeñez vergonzosa que el gobierno dominicano o el Ministerio de Cultura o el Comité Organizador de la Feria Internacional del Libro haya obviado una invitación al doctor Vargas Llosa, pese a que Perú es el país invitado, atendiendo a las presiones de los grupos ultranacionalistas que representan una vergüenza en su forma de actuar contra un intelectual de la categoría de Vargas Llosa.

La Feria Internacional del Libro se hubiese prestigiado con la invitación a Vargas Llosa, que es un hombre amigo de la República Dominicana, conocer de nuestra historia, quien incluso tiene una propiedad inmobiliaria de recreo en el Este. También tiene miles de seguidores y amigos, que admiran su obra y siguen su carrera.

La otra razón de la esquizofrénica actitud del gobierno con la familia Vargas Llosa está vinculada a las agresiones que se utilizaron contra Gonzalo Vargas Llosa, el anterior representante del ACNUR en la República Dominicana, por haber defendido -como era su deber- el derecho que le corresponde a los ciudadanos dominicanos de ascendencia haitiana a una nacionalidad.

Quien hace el ridículo en este caso es el Ministerio de Cultura, que se entiende una entidad abierta al debate de las ideas, a la discusión de todas las corrientes de pensamientos y a respetar el punto de vista de cada creador, independientemente de las orientaciones ideológicas que pudiera tener.

Mario Vargas Llosa en Cuesta Centro del Libro

Mario Vargas Llosa es un orgullo de América Latina. Es un creador infatigable, con una hoja poco común en calidad y cantidad y con una visión de los derechos humanos y de la política que ya debieran envidiarle algunos de los cavernarios dominicanos que han utilizado el Congreso Nacional para irrespetar a su familia.

Mario Vargas Llosa escribió un artículo en el diario El País, titulado Los parias del Caribe, sobre la forma en que el Tribunal Constitucional y el gobierno dominicano manejaron la desnacionalización de más de 250 mil personas. Esa historia reciente, y reflejo de una canallada política insólita y vergonzosa, es parte de la razón por la que el gobierno se ha negado a invitar a Mario Vargas Llosa a la XVIII Feria Internacional del Libro.

Y lo peor es que el Ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, habló sobre Mario Vargas Llosa cuando anunció sobre las figuras internacionales invitadas a la República Dominicana, a esta Feria que se inicia hoy jueves. Pero no fue preciso  y tampoco aclaró si se refería a una invitación o al reconocimiento de que Vargas Llosa nació en Perú, es peruano, y que el país invitado es Perú, y que Mario Vargas Llosa es premio Nóbel de Literatura y muy bien pudo estar disponible para venir a la República Dominicana.

En un mensaje recibido por Acento, la familia Vargas Llosa aclara que don Mario no recibió ninguna invitación del Ministerio de Cultura ni del Gobierno para la XVIII Feria Internacional del Libro, y que pese a las diferencias que existen sobre las políticas migratorias y otros asuntos, Vargas Llosa siente un gran cariño por la sociedad dominicana, donde ha echado raíces y conocido su historia y su cultura.