De la entrevista realizada por José Monegro, director del diario gratuito El Día, al presidente electo Luis Abinader, hay que observar algunas frases y conceptos, para convencerse de la madurez y consistencia de sus ideas y proyectos.

Sus planes lucen bien pensados. Sus opiniones reflejan conocimiento. Sus proyectos de reformas políticas e institucionales cuentan con un aval por encima de lo que ha sido tradicional en la política dominicana. Las promesas y propuestas de campaña de Luis Abinader parece que podrían hacerse realidad. Ha confesado que desea ser reconocido como el presidente reformador de estos tiempos.

Está consciente de la realidad a la que se enfrenta: “Vamos a administrar una crisis a partir del 16 de agosto”. Desde el resultado electoral victorioso “decidimos empezar a trabajar para enfrentar la pandemia y la situación económica”. “En la toma de posesión no vamos a tener celebraciones ni el tradicional desfile militar del 16 de agosto”.

Al día siguiente del proceso electoral, dice que “estamos trabajando para confirmar el Gobierno y atender los problemas fundamentales de salud”. Ya tiene un Plan Estratégico de Salud, que se pondrá a rodar a partir del 16 de agosto. También tiene un programa de relanzamiento de la economía y un presupuesto complementario. Sería el segundo presupuesto complementario de este año. Danilo presentó uno y se le aprobaron 150 mil millones de pesos adicionales a los 900 mil millones del presupuesto original del 2020.

Es atractiva la idea de que el año escolar debe ponderarse como parte de la acción global del gobierno y no como una iniciativa del Ministerio de Educación. Educación y salud van de la mano. Al presidente electo le gusta la idea de la educación virtual, pero con acceso de todos los estudiantes a la virtualidad, y con computadores. El Ministerio de Educación tiene en sus almacenes -o debe tener- alrededor de 650 mil computadores adquiridos por el programa República Digital. Hay computadores -unas 80 mil- con mayores prestaciones para maestros. Hay software para la virtualidad. También han suplidores que recibieron los pagos y que no entregaron equipos al Ministerio de Educación ni a República Digital. Hay que tomarlo en cuenta. Abinader dijo que comprará equipos para entregarlos a los estudiantes de escasos recursos. Primero debe preguntar y recibir respuestas sobre esto que estamos diciendo. Los datos están en manos de las autoridades salientes. Una excelente idea la ofreció ya Luis Abinader: Incorporar a las empresas telefónicas para aumentar la conectividad en todo el país.

Los planes en el área de salud parecen atractivos. La idea del Gabinete de Salud, encabezado por la vicepresidenta Raquel Peña, va más allá de la tradicional dirección clientelar de las políticas sociales. Habrá un Gabinete de Turismo y un Gabinete de Economía, encabezados ambos por Luis Abinader. Se concentrarán las actividades de construcción para la reactivación económica, estimular los proyectos de viviendas para personas de ingresos bajos.

Las ideas sobre las relaciones internacionales, y en particular con Estados Unidos, Haití y la República Popular China. Lucen bien equilibrados estos conceptos. No hay alarmas. Si ese es el camino, habría que empujar para que comience ese gobierno con gran apoyo de la sociedad dominicana.

El gran tema, sin embargo, sigue siendo la transparencia. Y en ese sentido Abinader fue claro: No habrá borrón y cuenta nueva. Tampoco se puede hablar de realización o de persecución política. Quiere, y lo ha reiterado, un Ministerio Público independiente. Eso implica designar un procurador o una procuradora que cumpla con el mandato de la Constitución y las leyes, sin interferencia del Poder Ejecutivo. Luis ha dicho: “Vamos a tener un Ministerio Público que no va a proteger a los que estuvieron ni a los que están. Ese Ministerio Público va a actuar en atención a las leyes y a la Constitución de la República. Aún sea el presidente el que cometa un acto indebido, tiene que actuar. Pero tampoco vamos a venir con una vendetta ni a buscar realización”.

Sobre el papel, y antes de iniciar el gobierno, esas reiteraciones son optimistas y vaticinan nuevos vientos en la administración pública. Esperemos que la resistencia, las negociaciones, las presiones, y todo lo que implica llevar el gobierno por buen camino, no desvíen al presidente electo y a su gobierno de sus hermosas y democráticas decisiones.