Consuela conocer la declaración del presidente Luis Abinader, en su rueda de prensa de este lunes 4 de enero, cuando dijo lo siguiente: “Hoy la prioridad principal del gobierno es conseguir la vacuna lo antes posible”.

La vicepresidenta de la República, cabeza del gabinete de salud del gobierno, dijo en la misma rueda de prensa que el país ha firmado contratos de compra-venta de las vacunas con las más importantes firmas y laboratorios que trabajan en ello: con Astra-Zeneca, con Pfizer, con Moderna y con los rusos, además de haber firmado el acuerdo Covax, con la Organización Mundial de la Salud, para garantizar el suministro de la vacune que la OMS apruebe, y que al mismo tiempo abraza todas las vacunas, “para que inmediatamente empiece su distribución la República Dominicana, en la medida que ellos establezcan su logística, empiece a recibirla”.

El otro dato aportado por el gobierno este lunes es que el país está tratando de obtener dosis de emergencia, que serían las primeras dosis para administrar al personal de salud y a los grupos más vulnerables.

También consuela saber que las autoridades trabajan en un Plan de Vacunación, que aunque no ha sido publicado todavía, sería un instrumento de trabajo vital para hacer eficiente el eso rápido y oportuno de las vacunas. Francia, que dispuso comenzar la vacunación en diciembre, hasta la fecha, apenas ha podido vacunar algo más de 200 personas en la primera semana, lo que ha generado una crisis en el gobierno del presidente Enmanuel Macron. Con Estados Unidos pasa algo parecido. Israel ha sido el país más eficiente en la vacunación de sus ciudadanos.

Una lista privilegiada de países de América Latina ha logrado obtener vacunas. Es probable que sea por su dimensión y por la plata que han puesto en manos de los laboratorios. Son Argentina, Brasil, México y Chile. Más de 40 países se han quedado en la lista de espera, como la República Dominicana, tanto con las empresas privadas que están vendiendo como en la lista de Covax, por parte de la OMS.

El país tiene que detallar con claridad en qué consiste su programa de vacunación. Y hay que comenzar a educar con tiempo, porque existen riesgos que no podemos correr, como los mitos y las teorías de conspiración que conspiran contra la vacunación.

La vacunación no puede ser obligatoria, sino voluntaria, y debe comenzar por el personal de salud a todos los niveles, tanto del sector público como del sector privado. Igualmente deben vacunarse las personas adultas mayores, a partir de los 65 años. La prioridad entre esas personas debe comenzar por las mayores de 80 años, en primer lugar, y continuar con las mayores de 65 años. Las personas con co-morbilidades, como diabetes e hipertensión, deben ser incluidas, lo mismo que servidores públicos como policías y militares, maestros, empresas del sector turístico, de las zonas francas, restaurantes, entre otros que aún continúan ofreciendo servicios.

El gabinete de salud necesita todo el apoyo posible de la población, y la solidaridad de las entidades sindicales y profesionales de la salud, de los grupos empresariales, de las Organizaciones no gubernamentales, de las iglesias y de los medios de comunicación. Aquí se combinan ideas y creencias, prejuicios, falta de educación, intereses económicos y hasta políticos. Lo más importante es proteger las vidas de los ciudadanos.

Será necesario que el Ministerio de Salud Pública, como ente regulador del sistema, el Gabinete de Salud y el gobierno realicen una campaña de educación ciudadana, que bien pudiera comenzar desde febrero, para orientar a los ciudadanos sobre el proceso de vacunación.

Aunque el país ha firmado acuerdos con varias empresas, habría que tener cautela con los costos de las vacunas y con no excedernos endeudándonos ni adquiriendo más vacunas de las necesarias. El empresario y creador de Tesla, Elon Musk, ya ha advertido lo que está pasando en el mercado de las vacunas, y ha dicho que habrá más vacunas de las necesarias. Cuidarse de estar entre los países con excesos. Lo dicho por Musk fue lo siguiente: Vamos a tener tantas vacunas que no sabremos qué hacer con ellas. Tendremos más vacunas de las que posiblemente podamos usar”.

República Dominicana no tiene forma de garantizar una cadena de frío que mantenga la efectividad de la vacuna de Pfizer, que requiere por lo menos 80 grados bajo cero, mientras que la de Oxford y Astra-Zeneca sólo requiere menos 3 grados. Esa vacuna ha perdido efectividad en Alemania y España por la misma causa. Es la vacuna aprobada hasta ahora por la OMS, pero es conocido que no tenemos, como muchos otros países, la logístico para el transporte y manejo de esa opción.

Con este tema de la vacuna, y con la definición prioritaria que le ha dado el presidente Abinader, lo que corresponde es ponerse en fila y apoyar a las autoridades para que tengan éxitos en la rapidez de la obtención de la vacuna más eficiente, y para que no inundemos el país con varias vacunas, porque eso no es efectivo ni se corresponde. La vacuna es una esperanza frente al Covid-19, no una solución definitiva.