Pareciera que a la Policía Nacional no le importa la imagen que ha dejado con la estela de crímenes que se han cometido en los últimos años. Son miles los ciudadanos dominicanos asesinados por la Policía Nacional en los llamados eufemísticamente intercambios de disparos.

Patético es lo que acaba de reportarse en los medios de comunicación, de que un recluso a quien se le conocían medidas de coerción pidió, implorante, al juez José Alejandro Vargas, que lo enviara a la cárcel Penitenciaría Nacional de La Victoria, porque si lo dejaba en libertad iba a ser asesinado por la Policía Nacional.

La situación podría calificarse como risible, cómica, increíble o de película, y seguro que fue publicada en la sección de noticias raras en los medios de comunicación de muchos lugares del mundo, pero la realidad es que la Policía Nacional no puede seguir matando ciudadanos como lo hace, violando la Constitución y las leyes.

El asesinato de Junior Javier Minaya, alias Gilbert, acusado de varios crímenes en Herrera, fue posible esta semana, y existe una filmación en el momento en que los agentes lo insultan, cuando estaba bajo control, pero vivo, y luego lo asesinan. Es el comportamiento cotidiano de la Policía, y por eso el recluso conocido como Kimba y que podría llamarse Johancel Martínez Cabrera o Jonathan Moisés Díaz Franco fue inteligente al pedirle al juez José Alejandro Vargas que le envíe a prisión, donde está más seguro de seguir con vida.

Es el terrible drama de la sociedad dominicana: