En un ambiente distendido, con una franqueza de amigos y con la profesionalidad y la responsabilidad que les caracteriza en sus respectivos países, un grupo de por lo menos 25 periodistas de Haití y de la República Dominicana se reunieron y dialogaron el fin de semana que acaba de transcurrir en Puerto Príncipe, en búsqueda de un entendimiento y de estimular desde sus respectivas responsabilidades avenidas de entendimiento y de apuestas comunes para el desarrollo de los dos países que forman parte de la misma isla.
La iniciativa fue de los periodistas dominicanos, quienes recibieron apoyo y estímulo de sectores dominicanos interesados en que por la vía de la comunicación social, además del sector empresarial, se dieran pasos para un diálogo fructífero y diferente a los desencuentros y al odio que desde ciertos medios y ciertos grupos se han promovido en la sociedad dominicana.
Consideramos positivo el diálogo. Entendemos que debe seguir, y que las sugerencias que se incluyen como actividades posibles a ser desarrolladas pueden tener encauzamiento, para beneficio de los periodistas y de los dos países.
Con esta iniciativa hemos dado un paso importante, y los periodistas haitianos se comprometieron a visitar próximamente a la República Dominicana, para continuar las discusiones y las vías de entendimiento y de posibilidades comunes entre los profesionales de la comunicación en los dos países. No es un asunto de los gobiernos, que han dialogado y dialogan continuamente, sino de profesionales individuales del periodismo, que entienden deben actuar por su propia cuenta para empujar a un acuerdo de conveniencia mutua entre los dos países.
Las campañas de odio que se realizan en Haití y en la República Dominicana no contribuyen a nada positivo. Esas campañas chocan con la realidad de que inversiones haitianas se encuentran establecidas en la República Dominicana, y de que inversiones dominicanas se encuentran establecidas en Haití.
Dos mercados desiguales que deben encontrar puntos de avenimiento. En Haití hay por lo menos 10 mil dominicanos trabajando. En República Dominicana hay por lo menos 700 mil haitianos trabajando. Haití exporta 10 millones de dólares cada año hacia la República Dominicana. La República Dominicana exporta más de 1,100 millones de dólares cada año hacia Haití.
Los haitianos desean equilibrar su balanza comercial con el país, y saben que tienen posibilidades de reducir su migración masiva, pero tienen que desarrollar su industria, su infraestructura, su turismo. Los dominicanos trabajan en esas áreas en Haití, y generan riquezas para los dos países. Hay muchos dominicanos en la industria turística y hotelera de Haití. Y están integrados y no reciben rechazo de la comunidad haitiana. El potencial del multidestino turístico, con los haitianos, es muy grande. En la industria también. Los haitianos desean exportar cerveza, ron y cigarrillos hacia la República Dominicana. Los dominicanos desean ampliar las exportaciones de plástico, quien mantener las exportaciones de pollos, huevos, arroz y muchos otros productos.
Los periodistas haitianos y dominicanos que se reunieron en Puerto Príncipe tienen el interés de que los dos pueblos se comuniquen y se entiendan mejor. El documento firmado así lo expresa. Ojalá que sea posible y que los esfuerzos oficiales, de la Comisión Mixta Bilateral, así como de los empresarios dominicanos y haitianos, prosperen positivamente.
Habrá quienes rechacen la iniciativa, y respetamos sus puntos de vista. Haití y República Dominicana como parte de la isla somos una realidad. Darnos la espalda es una sinsentido y una posición escurridiza, que niega la realidad. Busca el odio y auspicia la enemistad. Los países que se han desarrollado, porque tienen fronteras comunes, como los casos del sudeste asiático o de algunos de Sudamérica y Centroamérica, es porque han optado por la colaboración y el entendimiento.
La idea es que este encuentro de los periodistas, además de continuar, pueda ser emulado por otros grupos, en ámbitos como la geología, la salud, la arqueología, la historia, la literatura, la industria, el turismo y el medio ambiente. Cada quien en su lado, respetando la cultura, la historia y la riqueza particular, pero sin olvidar que es posible convivir y ser parte de una misma comunidad sin ser enemigos y sacarse las tripas.
Un esfuerzo para ser emulado.