El Parque Nacional Los Tres Ojos merece mejor suerte.

Una visita a ese centro ecológico y turístico pone en evidencia lo mal que andamos en educación en medio ambiente y en conseguir encantar e informar a los turistas sobre nuestro patrimonio histórico y natural.

El parque es una de las cuevas de mayor atractivo e interés, que contiene algo del llamado “arte en penumbras”, y sobre el que se tienen datos de que era utilizado por la comunidad aborigen. Fue descubierto en 1916 por los interventores norteamericanos, y desde entonces ha sido considerado parte de nuestro patrimonio.

En el Parque Nacional Los Tres Ojos no hay información disponible, ni en folletos, ni en pizarras o en vallas, que indiquen su importancia, historia y necesidad de conservación. Es un Parque Nacional, y por ello es imprescindible que el Ministerio de Medio Ambiente realice la labor de identificarlo, como lo ha hecho con algunas otras riquezas naturales que están bajo su control.

No se entiende que el Ministerio de Medio Ambiente no haya realizado la necesaria descripción del Parque Nacional Los Tres Ojos. Cobran 100 pesos para permitir la entrada al lugar, pero no entregan nada a cambio, como información. Unos cuantos supuestos guías están allí acosando a los visitantes, pero no tienen la información pertinente, ni la preparación, y la impresión que queda, al concluir la visita, es lo mal cuidado que está aquello y la poca relevancia que le han dado las autoridades.

Medio Ambiente debe coordinar con el Ministerio de Turismo, para que el parque sea un lugar de mayor interés y respeto.

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