El Senado se reunió ayer domingo para conocer la propuesta de declaratoria de Estado de Emergencia del presidente Danilo Medina. Los diputados dieron el viernes el visto visto bueno, sin discusiones, pues los dos partidos mayoritarios, el Revolucionario Moderno y el de la Liberación Dominicana, estuvieron de acuerdo en que volvamos atrás con la desescalada que se había iniciado a mediados de junio pasado.

El presidente Danilo Medina tiene la facultad de hacer esta solicitud, y de emitir los decretos que considere, estableciendo la cuarentena o toque de queda, como está facultado por el Congreso Nacional. Lo correcto es que lo haga únicamente en el período que corresponde a lo que queda de su administración, hasta el 16 de agosto, cuando culmina su administración, y asumirá el nuevo presidente de la República, Luis Abinader, y a quien correspondería las decisiones respecto al Estado de Emergencia.

La comunicación está funcionando entre los dos presidentes, y la solicitud del Estado de Emergencia fue realizada luego de las consultas y acuerdos que Danilo Medina y Luis Abinader hicieron para tal medida. En caso de que Danilo Medina estableciera medidas con las que no esté de acuerdo el presidente electo, lo que corresponderá legalmente será que Abinader emita decretos cambiando las medidas de su antecesor.

Hay versiones jurídicas diferentes respecto de lo que establece la Constitución de la República sobre el Estado de Emergencia y lo que podría o no ocurrir institucionalmente, siendo este un período de tiempo excepcional establecido por el Congreso de la República. Cuando se habla del Poder Ejecutivo, es el mismo antes y después del 16 de agosto, pues ambos reciben la autorización del soberano, con las elecciones en que fueron aprobados, tanto Danilo Medina, como Luis Abinader, por el período que corresponde a cada uno.

Con los datos del Ministerio de Salud, de que los casos de Covid-19 aumentan cada día, apenas comprobamos que se están realizando más pruebas y que la pandemia se expande, como se comprueba con los exámenes realizados, que siguen evidenciando cada día más personas infectadas. Lo que preocupa es la letalidad del virus especialmente en personas con condiciones previas de salud, como hipertensión, obesidad o diabetes. Son los casos en que hay que trabajar con mayor dedicación y tener disponibles los equipos de auxilio y los materiales que puedan auxiliar al personal de salud que ofrece los servicios.

El boletín de salud del domingo registró 1,336 casos nuevos y 3,833 muestras procesadas, y un registro de casos activos de 26,780 personas, con 251 infectados en Unidades de Cuidados intensivos.

El boletín del sábado, el 121, informó de 1,406 casos nuevos y 29 fallecimientos, con 25,941 casos activos, y 3,814 pruebas procesadas. Todas estas informaciones dan cuenta de un incremento de casos. Varios legisladores electos han resultado afectados, una diputada electa del PRM en Mao falleció. Se trata de Zaida Polanco. El teniente coronel de la Policía Nacional, Juan Rivera Pichardo, también falleció, así como el general García Lara, de la PN, y el capitán Moronta, asignado a la Procuraduría General de la República. El empresario y comunicador David Toribio también falleció de Covid-19 en Puerto Plata, y el país sigue de luto aún por la muerte a destiempo del artista Víctor Víctor. Los infectados por Covid-19, notables y que tienen presencia política pública, son muchos.

Los actos protocolares del cambio de mando tendrán que realizarse con las limitaciones que una época como la que vivimos demanda. No habrá delegaciones internacionales, las ceremonias deberán ser mucho más cortas, y con alejamiento obligatorio, de modo que los invitados serán pocos. No habrá fiestas, y las misas y celebraciones religiosas igualmente tendrán que limitarse.

El cambio político es una realidad en la administración pública, en el Congreso Nacional y todos los departamentos del gobierno y del congreso. Sin embargo, habría que tener la cordura y la prudencia de llevar a cabo la transición y transmisión de mando en condiciones particularmente espartanas. Aunque después que pasemos de la pandemia se realicen celebraciones.