Senén Caba, presidente del Colegio Médico Dominicano, ha dicho en una entrevista realizada por Acento que el panorama del cólera en el país es mucho más grave que lo dicho hasta el momento por el Ministerio de Salud Pública.
Leonel Fernández, presidente de la República, dijo la pasada semana que no es posible alarmar más de la cuenta a la sociedad dominicana con el tema del cólera. Senén Caba ha dicho que no es alarma lo que existe, sino un temor real y que fue el Colegio Médico quien fue al barrio La Ciénaga y descubrió la dimensión de la penetración del cólera.
El tema es para preocuparse y ocuparse, sin realizar demasiado aspaviento, y ponerle el frente a las condiciones que han permitido que los ríos que son las fuentes de subsistencia de muchos barrios de la capital se encuentren hoy día afectados por la bactería que produce el cólera.
Las condiciones de insalubridad de los barrios de la capital y de las principales ciudades del país son un escenario más que propicio para la expansión del cólera. La pobreza y el hacinamiento son los lugares de preferencia de esta bacteria, que además se transmite por el contacto con los desechos de las personas infectadas.
Pedro Luis Castellanos, epidemiólogo y articulista de ACENTO, publicó este lunes una columna en donde explica la naturaleza de la bacteria y la forma en que debe manejarse por parte de las autoridades de salud. Ya sabemos: tendremos que convivir con esta bacteria y sus consecuencias por muchos años. Hay que trabajar duro para controlarla, pero con la fluidez en los intercambios con Haití esa bacteria será un invitado permanente entre nosotros.
Hace 100 años que no se tenían casos de cólera en la isla, pero llegó a través de un soldado de Nepal, y otra vez está con nosotros. En 2009 la OMS había reportado 221,226 casos y 4,946 fallecimientos a nivel mundial, y entre 1991 y 2000 una gran epidemia afectó 21 países de nuestro continente americano.
Castellanos dice que el tipo de cólera que nos ha llegado es muy agresivo y con una capacidad de expandirse muy alta. Según el Ministerio de Salud de Haití, hasta el 10 de mayo, iban 302,401 casos confirmados, 162,651 internados, y 5,234 fallecidos.
Pedro Luis Castellanos dice que en el país no hemos llegado a un punto crítico, que podría venir, aunque confía en los esfuerzos realizados por el Ministerio de Salud de nuestro país.
“Ya para marzo 2011 era claro que la enfermedad se haría endémica y que teníamos tres patrones de brotes epidemiológicos, todos de carácter localizado: Los brotes de fuente común (Ejemplo la famosa boda en La Romana), los de carácter familiar y los de tipo comunitario frecuentemente relacionados con la contaminación de ríos y otras aguas superficiales. Hasta el 27 de mayo) se registran 1392 casos confirmados por laboratorio, incluidos 23 fallecimientos”.
En nuestro país el gobierno debe aplicar todas las medidas posibles para detener la expansión, y auspiciar un empoderamiento de las comunidades donde ya se encuentra, controlando con los líderes comunitarios el acceso a los ríos infectados, la atención y tratamiento de los casos de infección y una buena y eficiente labor preventiva.
Un especialista del calibre de Pedro Luis Castellanos advierte que lo peor no ha pasado. El ministro de Salud tiene que auxiliarse de todos los recursos del sistema, incluyendo una buena comunicación y colaboración del Colegio Médico Dominicano, que tiene toda la disposición de colaborar, aún siendo una voz disidente en algunos aspectos.
Lo que dice Pedro Luis en su artículo de este lunes en ACENTO, es más que una alerta, un consejo para todos:
“Sabemos que el Cólera llegó para quedarse. No será un problema pasajero. No hay vacunas eficaces. Tenemos que aprender a convivir con él como con muchas otras diarreas infecciosas. Tendremos un nivel endémico, con elevaciones estacionales, con brotes periódicos, de vez en cuando más grandes, pero podemos mantener las muertes al mínimo y aun reducir los riesgos en circunstancias de alta vulnerabilidad. No hay balas mágicas, solo la elevación de la calidad de vida de las poblaciones y de las condiciones higiénico sanitarias reducirán progresivamente nuestra vulnerabilidad”.