El informe de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) sobre el incidente del teniente coronel Johan Emilio Liriano Sánchez, que supuestamente habría proferido amenazas contra cuatro periodistas que cubren las incidencias en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, es una pieza que debe ser conocida con cuidado.
La comisión que investigó el incidente estuvo integrada por el general de brigada José E. Matos de la Cruz, director administrativo de la DNCD, el coronel Angel Ubiera Peralta, jefe de investigaciones de la DNCD, y Vicente Estrella, abogado y periodista, en representación del Colegio Dominicano de Periodistas, en su condición de presidente del Tribunal Disciplinario.
La supuesta amenaza de Liriano Sánchez no se produjo contra cuatro periodistas, como inicialmente se informó, sino contra uno de los reporteros, el joven Pavel Arias, del diario El Día, quien lo informó a los demás periodistas, a quienes dijo que habían sido involucrados, porque la amenaza del coronel Liriano era que a todos les crearía expedientes sobre drogas.
Según la comisión que investigó el caso, no hubo tal amenaza, pues Liriano se comportó como todo un caballero, le dio explicaciones, lo remitió a la oficina de prensa de la DNCD, que está en la capital, y se despidió del reportero amablemente. Su comentario a Danilo Rosario, piloto que lo acompañaba, fue que “no hay necesidad de ser arbitrario, ya que con chulerías se llega a Nueva York”.
Pavel Arias, asustado, luego de conversar con Liriano, buscó a sus colegas, compañeros de labores y les informó “que había recibido una amenaza por parte del Encargado de los Servicios del CICC en el AILA, diciéndoles que éste lo iba a implicar en un expediente de droga y que él era un hombre arbitrario y que si él quería algún tipo de información al respecto se dirigiera a las oficinas del Relacionador Público de esta DNCD”.
La DNCD entregó copias de un vídeo en que aparentemente se produce la conversación. El video no tiene sonido y no es posible ver los gestos de las personas que hablan. La filmación es desde un lugar lejano. En su carta de envió el general Rolando Rosado Mateo, presidente de la DNCD, dice que por la grabación es posible apreciar que la conversación “tuvo una duración de 10 segundos”.
En el informe de la comisión el segundo teniente José Vinicio Rodríguez Ceballo, miembro de la DNCD y quien se encontraba en el lugar, dijo que la conversación tuvo una duración de 30 segundos, aproximadamente.
En el punto h del informe, la comisión dice que en la grabación “se ve una despedida estrechándose las manos en los apenas 10 segundos que dura dicha conversación”.
En el interrogatorio que se le hizo a José Vinicio Rodríguez Ceballo este dijo: “Los mismos, el periodista y el coronel) estuvieron una conversación de no más de 50 segundos….”
Danilo de Jesús Rosario, que se encontraba en el lugar, relató lo siguiente: Salimos del depósito y el oficial en mención saludó al foto reportero de una manera afable y le pidió que por favor no tomara más imágenes ya que este caso se encontraba en una fase de investigación y que si necesita algún tipo de información al respecto podía dirigirse al departamento de Relaciones Públicas de esta DNCD donde el señor Roberto Lebrón, dándole las gracias a dicho periodista y despidiéndose no sin antes ponérsele a las órdenes”.
Hay que reconocer que el coronel Liriano es un hombre interesado en rehacer su imagen y con interés en que se conozca su versión de los hechos.
Los periodistas han dado otra versión. Pavel Arias, del diario El Día, dice y reitera que fue amenazado. La grabación no registra lo que se dijo, y los demás que han dado testimonios o son subalternos o son socios o son protectores del coronel Liriano Sánchez, y por tanto resultan sospechosos en sus versiones. Tanta amabilidad confunde, y veamos por qué.
Pavel Arias dice que cuando llegó el coronel Liriano, acompañado de dos personas, le dijo: “Esto está en fase de investigación, tu me estás llamando la atención allá fuera, yo lo que puedo hacer es meterte en un expediente y yo soy un hombre arbitrario”, y que si quería información le preguntara a Roberto Lebrón, “por lo que le doy la mano y le digo un placer y me retiré a la oficina. Una vez allí le dije de esta situación a mis compañeros (de la prensa) de lo que me había dicho el coronel Johan Liriano, y mis compañeros de manera solidaria nos íbamos a dirigir a esa área, pero depusimos esa actitud. No tengo nada personal contra ese coronel”.
En el interrogatorio que se le formuló Johan Liriano dijo que en 9 meses en la posición “nunca había tenido ningún tipo de contacto con los periodistas”. Se le preguntó si solicitó al periodista Pavel Arias que se retirara del lugar y su respuesta fue “No señor, no lo hice. Esas no son mis atribuciones”.
Rafael Castro, del Listín Diario y con 29 años en el AILA, dijo a la comisión que el teniente coronel Johan Liriano “maltrata a todo el mundo, inclusive a los pasajeros, miembros de la prensa, etc”.
Diógenes Tejada, de los diarios El Nacional y Hoy, dijo que ya no hay informaciones que se entreguen a los periodistas, que hay falta de colaboración, y que incluso los periodistas fueron despojados de los parqueos y una persona que les ofrecía servicios fue cancelada.
Tomás Ventura, de El Nuevo Diario, dijo que una reunión en los organismos oficiales se decidió cortar el trabajo la prensa y quien ha acatado la decisión es el coronel Liriano, y que los periodistas se han visto en la necesidad de buscar informaciones de segunda mano, que los reporteros quieren trabajar en armonía.
En conclusión, el vídeo con la grabación no es prueba de nada. No hay sonido en la grabación. Pavel Arias, el agredido, fue y contó a sus compañeros de los medios que había sido amenazado por un hombre que se define a sí mismo como arbitrario.
Lo correcto es que los medios tengan su espacio, y que su trabajo sea respetado. Es una conquista del país, del sistema político y de los periodistas. No es posible achicar el espacio para informar. Ese es nuestro deseo, sin que haya que destruir la carrera de un oficial que tiene muchas otras funciones.
Johan Liriano es encargo de servicios del Centro de Información y Coordinación Conjunta de la DNCD en el Aeropuerto Joaquín Balaguer, lo era en el AILA. También es jefe de la cantina de la DNCD, es mecánico del helicóptero de la DNCD y es mecánico del helicóptero del presidente de la República. También es socio de una empresa en la que participa el piloto Danilo de Jesús Rosario. Es oficial de la Policía Nacional. Que ubique bien su espacio y que no haga campos de batallas innecesarios con los periodistas y los medios de comunicación.