La revelación de que Estados Unidos y Brasil están investigando un posible soborno de 3 millones 400 mil dólares que habría sido pagado por la empresa brasileña Embraer a un funcionario de República Dominicana a cambio de facilitar la compra de los aviones Super Tucanos, debe mover a las autoridades dominicanas a llevar a cabo su propia indagatoria.

Las aeronaves brasileñas fueron compradas durante el gobierno del presidente Leonel Fernández, en el año 2010, con el argumento de mejorar la vigilancia de los cielo dominicanos y evitar que los narcotraficantes internacionales utilizaran el territorio dominicano como puente para sus exportaciones hacia Estados Unidos y Europa.

En ese momento hubo muchas advertencias que pusieron en entredicho la pertenencia de esa compra, además de sañalar el alto precio que se iba a pagar.

De ser cierto que hubo un soborno de por medio, toca a las autoridades dominicanas, primero que a las de Brasil y a las de Estados Unidos, aclarar este caso y proceder judicialmente contra quienes resulten sospechosos.

Que funcionarios dominicanos participen de un acto de corrupción internacional nos deja mal parados en nuestra credibilidad como un Estado fiable y como un país confiable para hacer negocios de manera lícita y transparente.

A continuación nuestro comentario: