El presidente Danilo Medina asistió este jueves a una reunión conjunta del Comité Político y el Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana.
Habló con optimismo, sembró esperanzas en los asistentes a aquel encuentro, dando por seguro que Gonzalo Castillo será electo presidente. Dijo algo relacionado con lo mucho que ha trabajado el candidato solo, y que “ahora nos toca a nosotros” hacer l trabajo para que él gane.
El presidente hizo cálculos matemáticos razonó con bastante optimismo sobre los posibles resultados de las elecciones, y realmente dio la impresión de que la oposición ha conseguido consenso para dar la impresión de algo que sería falso: Que está con grandes ventajas en las simpatías electorales.
Danilo Medina sabe lo que significa ganar un proceso electoral. No solamente ganó dos procesos para sí, sino que fue el artífice del primer triunfo electoral del PLD, en 1996. Es un trabajador de la política que no se permite descanso, mucho menos en los procesos electorales. Y es un hombre que confía plenamente en las encuestas. Recibe cada día mediciones e informes sobre la percepción que la gente tiene de su labor, del PLD y de sus candidatos.
Hay que admitir que Danilo Medina es el político dominicano que más uso ha hecho de las encuestas. Si ahora dice no creer en ellas, porque forman parte de un plan para dar una impresión diferente a lo que realmente ocurre, es otra cosa. Generalmente los planes con el apoyo de sectores de poder se conforman alrededor de los que detentan el poder, no de los que aspiran a obtenerlo desde la oposición.
No está de más recordar que el político experimentado en batallas electorales cuida cada palabra, cada gesto, cada movimiento, cada jugada, como el ajedrecista experto. Por eso no ha de tomarse de manera literal lo que diga un político en público en tiempo de campaña. Más bien, es importante tratar de interpretar lo que quiere decir, el mensaje que quiere enviar y no lo que dice.
El PLD es un partido que ha realizado una labor impresionante para posicionar a su candidato. Nadie puede negarlo. Gonzalo Castillo ha sido un fajador de la política en esta contienda, y no ha tenido descanso. Hay que admitir que los demás candidatos han hecho lo propio. Unos tienen más acogida que otros. Y el dilatado ejercicio de poder del PLD ha sido una gran desventaja para Gonzalo Castillo, quien ha dicho que continuará la obra de Danilo Medina.
Gonzalo Castillo ha sido un fajador de la política en esta contienda, y no ha tenido descanso. Hay que admitir que los demás candidatos han hecho lo propio. Unos tienen más acogida que otros. Y el dilatado ejercicio de poder del PLD ha sido una gran desventaja para Gonzalo Castillo
Otra situación a tomar en cuenta, muy importante, es que el PLD se dividió, y Leonel Fernández, quien fuera el gran líder del PLD después de Juan Bosch, formó tienda aparte en medio de una profunda crisis y cuestionamientos a la elección de Gonzalo Castillo como candidato presidencial. En la encuesta Greenberg de Diario Libre ese tema sale como el disgusto mayor de los electores que votaron al PLD.
Danilo Medina ha realizado todos los esfuerzos posibles para ayudar a Gonzalo Castillo. Es evidente que ha hecho mucho más de lo que las circunstancias le demandan. Debe admitir que Gonzalo es el candidato y quien debe hacer su trabajo. Los votos y las simpatías no se transfieren de forma automática. El presidente lo sabe.
Lo que dicen las encuestas es algo conocido por el presidente y por los peledeistas de las alturas. El problema es que la sociedad hizo un cambio, y ese cambio ahora parece perjudicar la maquinaria electoral del PLD. Lo más inteligente sería admitir que la reunión conjunta del CP y el CC del PLD fue la forma de “apretar el botón de pánico” político a solo una semana de las elecciones presidenciales y congresuales.
Lo que sigue sería preguntar ¿qué significado tiene, institucionalmente, ese discurso de guerra de Danilo Medina? El poder ejecutivo y su maquinaria ¿van a meter más de lo que lo ha hecho el acelerador en la campaña electoral? ¿En medio de la pandemia? ¿Han utilizado las políticas de salud y de protección a los desamparados con fines políticos y electoreros? Obvio, ese discurso, lleno de energía y enfado, podría ser un elemento riesgoso, tomando en cuenta que el presidente de la República es “como un padre” para todos los dominicanos. No faltará quien se refiera a ese discurso de ayer de Danilo Medina como “el grito de una fiera acorralada”. Y quien se pregunte qué efecto podría tener una actividad muy activa del presidente de la República en los miembros titulares de la Junta Central Electoral, que son los responsables de organizar y arbitrar el proceso electoral.
Ante este proceso, ante el discurso optimista del presidente, ante el apretón del botón de pánico en el PLD y en el gobierno, lo más importante es recordar que la institucionalidad, la democracia, la equidad, el cumplimiento del mandato de la ley, y de la Constitución, está por encima de la percepción de que existe una conspiración para hacer creer que la oposición puede ganar. Total, en las elecciones del 2004 el PLD era la oposición y ganó las elecciones, y de inmediato el presidente de entonces reconoció que el PLD había ganado. Y así debe ser en cualquier otro proceso. Y sobre todo en el de ahora, porque tenemos una pandemia que nos sigue acechando.
De todas maneras, el hecho de que el presidente Danilo Medina, líder del gubernamental PLD, entre directamente en la campaña en apoyo de su candidato presidencial, no debe de asombrar a nadie. El político hace política. Si la oposición se empeña en los días que restan de campaña en dirigir sus ataques y preocupaciones hacia Danilo Medina y se olvida de Gonzalo Castillo, el PLD habría logrado un importante objetivo con esta jugada.