Terminó la incertidumbre. Como era de suponer, luego del paquetazo fiscal, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la carta de intención del gobierno dominicano, correspondiente a la quinta y sexta enmienda del acuerdo Stand By, por lo que todos los temores terminan, y el gobierno está obligado a realizar un esfuerzo arduo, para cumplir con el compromiso realizado con el organismo financiero internacional.

Lo primero es que el gobierno recibirá los desembolsos de varios organismos que esperaban la decisión del directorio del FMI. El país recibirá desembolsos, desde ahora hasta diciembre, de por lo menos 1,100 millones de dólares, una parte procedente del propio FMI, otra parte procedente del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.

Parte de esos fondos deberán fortalecer las reservas del Banco Central, otros fondos adicionales, como los procedentes de la emisión de bonos soberanos por parte del gobierno, deberán servir para financiar el presupuesto nacional de este año.

Una cosa llama la atención: los gobiernos del doctor Leonel Fernández han sido favorecidos por el financiamiento internacional y en particular por el FMI en procesos electorales. El FMI flexibilizó sus normas para permitir que el gobierno pudiera actuar casi libremente en las últimas elecciones, en particular las del 2010, que permitieron al PLD ganador las senadurías de 31 de las 32 provincias.

El país está entrando a un proceso electoral y el FMI está aprobando una extensión del acuerdo con el gobierno dominicano. El gobierno tiene el compromiso de actuar con cautela y responsabilidad, y la carta que ha firmado, dando garantías al organismo internacional, incluyen un control del gasto y una cautela máxima en no descarrilar la economía como consecuencia de un interés político por influencias los resultados electorales.

Tal vez eso sea posible lograrlo porque el presidente Leonel Fernández no es el candidato. El compromiso debe seguir siendo institucional, al margen de las triquiñuelas que se puedan inventar algunos para sacar ventajas en las elecciones con los recursos del Estado. Algo bastante común en la República Dominicana, pero a lo que debemos comenzar a desacostumbrarnos.

La carta de intención aprobada por el FMI es la carta de ruta del manejo de la economía desde ahora hasta el próximo año, cuando deberá revisarse el acuerdo de parte del directorio del FMI. Lo que ocurra en la economía dominicana a partir de este momento debe estar –es un esfuerzo por hacer—lo más lejos posible del proceso electoral y en particular de influenciar las decisiones del electorado.