Un país agobiado por la corrupción, la impunidad, la pobreza, la desesperanza y la ausencia de consecuencias para los violadores de la ley, necesita de algunos ejemplos dignos, motivadores, cargados de ejemplos de personas que trabajan en sus pequeñas comunidades, asumiendo sacrificios y aportando soluciones.

Eso es precisamente lo que aportó la noche de este martes el Banco BHD-Leon con la entrega de 10 historias de mujeres que están ayudando a cambiar el mundo, y muy especialmente a la República Dominicana. Había que estar allí para conocer la sencillez, el amor a la tierra y a la gente que la habita, la entrega de mujeres interesadas en aportar soluciones a enormes problemas.

Demostraciones como estas hay que replicarlas, ponerlas como ejemplo, hacer que las personas las conozcan. Tal vez si los funcionarios públicos tuvieran conocimiento del sacrificio con que estas mujeres tratan de transformar los campos y ciudades, la manera en que trabajan para conseguir justicia, equidad, educación, atenderían más sus responsabilidades y trataran de cuidar el patrimonio público.

Los casos ofrecidos como ejemplo, que se redujeron a 10 mujeres son suficientes para conocer el arrojo, la voluntad, la valentía y el coraje de mujeres dispuestas a hacerle frente a la pobreza, al analfabetismo, a la destrucción del hábitat, a proteger a niños y niñas huérfanos o prisioneros que necesitan alfabetizarse.

Los casos escogidos merecen todos ser reconocidos como grandes hazañas para ser multiplicadas. Comenzando por el ejemplo de la religiosa brasileña que llegó al país a principios de los años 90, se estableció en San Juan de la Maguana, para trabajar con comunidades pobres y abandonadas por las autoridades.

En su caso más de 66 mil personas se han beneficiado del trabajo que ha realizado esta mujer impresionante. Logró erradicar el trabajo infantil en la zona, logró enseñar a las personas prácticas agrícolas sostenibles, hizo brotar agroindustrias y ayudó al cuidado de las cuencas de los ríos. Ha sido impulsora de la construcción de más de 200 viviendas para familias que vivían en extrema pobreza y fue impulsora de la construcción de 43 acueductos.

Es la mejor representación de Brasil en tiempos difíciles. Con humildad que se nota a leguas, esta mujer ha ayudado a transformar la conciencia de miles de personas, que hoy ven el mundo y su realidad de una forma diferente. Cuando ella llegó a San Juan de la Maguana observó que las mujeres y los hombres vivían en condiciones de pobreza impresionantes, sin caminos, sin agua potable, sin agricultura sostenible, y comentó que eso era posible porque no se daban cuenta de su riqueza.

La historia de Silvia Denisse Pichardo es igualmente impresionante. Lleva 24 años trabajando en Boca Chica, rescatando a niños de las garras de la prostitución, ofreciéndoles abrigo, alimentación, una cama para dormir seguros y un centro de formación educativa. Miles de jóvenes se han rescatado, algunos ahora tienen empresas, por lo menos 45 de ellos, y su historia de miserias encontró un muero en la presencia y el apoyo de Denisse Pichardo.

Estos ejemplos hay que replicarlos, hacer que se conozcan, porque son un gran estímulo a la pesadumbre y al sentimiento de derrota que una parte de la sociedad dominicana tiene sobre sus hombros por los malos ejemplos de políticos, funcionarios, legisladores, hombres y mujeres conocidos, que debían ser promotores de verdad y pulcritud y no lo son.

Felicitamos al Banco BHD-Leon por estos ejemplos y por estos reconocimientos que se hacen cada año a Mujeres que cambian el mundo. De verdad que son mujeres que están cambiando a la República Dominicana con sus impresionantes ejemplos.