Senadores y diputados se han expresado a favor de eliminar los grandes privilegios que tienen los legisladores dominicanos, en particular las exoneraciones que reciben cada dos años, y que venden en el mercado, permitiendo así que sean introducidos al país vehículos muy costosos, que no pagan impuestos de importación.
Es un privilegio irritante, que provoca indignación en la sociedad y que genera rechazo a los legisladores y lesione su credibilidad y hasta sus buenas intenciones. La Constitución dominicana prohibe a los congresistas legislar para su propio beneficio. La historia del Congreso registra la forma en que cada uno de estos privilegios han ido adoptándose. Inicialmente se justifican con argumentos válidos, pero poco a poco se va desnaturalizando la decisión, hasta que se venden las exoneraciones o se consolidan los llamados “cofrecito” y “barrilito”.
El bloque de legisladores del PLD ha dicho que simpatiza con la eliminación de la exoneración. Es un avance. Uno de los voceros del PLD ya había dicho que se trataba de un derecho adquirido y que ni siquiera el gobierno podía o debía cambiarlo. Otro avance: en el presupuesto del 2018 se estableció un monto máximo de 100 mil dólares al valor de los vehículos a importar con esas exoneraciones.
Algunos legisladores se han adelantado con propuestas y decisiones más plausibles. El senador José Ignacio Paliza, del Partido Revolucionario Moderno por Puerto Plata, favoreció que la exoneración sea eliminada y comenzó por rechazar, a partir de ahora, la ventaja. Es un avance. El diputado y cooperativista Julito Fulcar también decidió rechazar las exoneraciones de vehículos, y previamente el diputado nacional Fidelio Despradel, de Alianza País, también anunció su rechazo a las exoneraciones.
Pareciera que hay un ambiente favorable para eliminar esa ventaja discriminatoria para los legisladores. Ojalá que otros sigan los ejemplos de Paliza, Fulcar y Despradel, y que además de las palabras y promesas se comprometan a cerrar esa brecha que genera tanto malestar y rechazo a la labor de diputados y senadores.