Mañana se cumplirán 200 años del nacimiento de Juan Pablo Duarte, el padre de la Patria.

El Estado Dominicano creó una Comisión para la celebración de este bicentenario y encargó a los distinguidos miembros de ese grupo organizar las actividades que considere apropiadas para honrar al patricio.

Las actividades han sido poco divulgadas. Son pobres en su concepto y ambición. Son limitadas y hubieran podido tener mayor alcance y haberse previsto con antelación, para que mañana, por ejemplo, fuese un día de celebraciones en todo el territorio nacional.

El día del nacimiento de Duarte es motivo de mucha alegría. Duarte pudo haber generado más divulgación y proyección, más libros, más trabajos gráficos, más conocimiento de la obra del padre de la Patria, más información sobre los momentos oscuros de su vida, por ejemplo los cinco años que pasó en la amazonía venezolana. Y no es así.

Es una celebración patriótica más. Una cabalgata, un desfile y la puesta en circulación de sellos. Lo mismo de siempre. Una lástima, que la Comisión designada no haya abarcado más la figura del patricio. Habrá discursos, y habrá políticos se utilizarán nuevamente la figura de Duarte para pavonearse de que son seguidores del padre de la Patria.

Les invitamos a una reflexión más amplia sobre este tema: