La Dirección Nacional de Control de Drogas ha profesionalizado sus procedimientos. Tiene parámetros para actuar y en muchas ocasiones se hace acompañar, en operaciones conjuntas, con agentes de la DEA de los Estados Unidos.

Existe lo que se llama un protocolo de operaciones. Muchas veces el protocolo funciona bien, pero cuando se quieren hacer excepciones todo resulta dañado. Ya ocurrió con un avión de un empresario dominicano utilizado en una operación de drogas en La Romana. Primero se dijo que la droga tenía el objetivo de ir a Egipto y que la utilizarían para operaciones de terrorismo.

Ahora se produce una decisión muy rápida, casi expedita, de exclusión sin investigación de empresarios con propiedades en Casa de Campo, con embarcaciones, en donde se detectaron actividades ilícitas, incluyendo dinero y droga. Y rápidamente la DNCD hizo elección de los responsables sin investigar como corresponde.

La frase utilizada por el general Rosado Mateo es que esos empresarios han contribuido con la construcción y el desarrollo de la República Dominicana. La pregunta es si tuvo tiempo para realizar una investigación como corresponde entre el sábado y el lunes en la mañana.

Está claro que se trata de una operación compleja. No se presentó la droga incautada, pero se presentó el dinero en dólares incautado. Si todas las personas son iguales ante la ley por qué el jefe de la DNCD insistió tanto en el empleado de los empresarios, capitán de las embarcaciones y en el gerente de las propiedades inmobiliarias y excluyó a los propietarios de ambos bienes.

Para que conste. Un comentario sobre el particular.