Hoy, 1 de mayo, se celebra en casi todo el mundo el Día de los Trabajadores y Trabajadoras, o Día del Trabajo.

La creación de riquezas tiene de base inicial la labor de los trabajadores y la inversión del patrono, a las cuales históricamente se han agregado todos los procesos y tecnologías que ha venido demandando el desarrollo económico en sus diversas etapas.

Pero lo que no ha cambiado es el axioma de que sin trabajadores/as no hay creación de riqueza. Por más tecnología que se utilice en una fábrica o empresa cualquiera, siempre habrá de necesitarse al ser humano que participe en el proceso productivo.

Muchas cosas han cambiado desde aquel 1 de mayo de 1886, cuando en medio de una huelga para reglamentar las jornadas laborales, en Chicago (Estados Unidos), un grupo de obreros del movimiento revolucionario anarquista fue ejecutado por la policía.

Y ni qué decir de los trabajadores y trabajadoras de las zonas rurales, los que producen los alimentos en la agricultura y en la pecuaria. Envejecen sin poder ahorrar para su vejez

Sin embargo, falta mucho por lograr para que no existan trabajadores y trabajadoras con ingresos que apenas les permiten subsistir, que no gozan de verdaderos planes de pensiones y de seguridad social en general que los amparen cuando llegue el momento de inevitable retiro o cuando una enfermedad los obligue a dejar de trabajar.

Y ni qué decir de los trabajadores y trabajadoras de las zonas rurales, los que producen los alimentos en la agricultura y en la pecuaria. Envejecen sin poder ahorrar para su vejez.

Gobiernos vienen y van, y pasan con sus montones de promesas. Acaso algunas llegan a materializarse.

En este 1 de mayo, saludamos con respeto a todos los trabajadores y trabajadoras de la República Dominicano, y abogamos porque algún día su labor sea digna y justamente compensada.