Sin pretender defender al Alcalde de Nueva York, propongo un breve ejercicio para entender por qué el caballero Di Blasio se equivocó al hablar sobre la situación en la isla de –escoja usted de acuerdo a su orientación… a) Santo Domingo b) Haití c) Hispaniola d) Quisqueya)– al finalizar el plazo para la inscripción de los indocumentados en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en República Dominicana (PNRE).
Di Blasio es un político exitoso en una sociedad devenida hipersensible a la discriminación y alcalde de la ciudad reconocida como reina mundial de la diversidad. Conoce por experiencia y observación cómo reacciona el público en la sociedad norteamericana contemporánea ante la mera sospecha de racismo y discriminación.
Con tres ejemplos podemos ilustrar el grado de oprobio que suscitan las expresiones, símbolos y acciones que se consideran racistas en Estados Unidos:
1) La venta forzada del equipo de baloncesto Los Angeles Clippers a mediados de 2014 fue provocada por la revelación de unos comentarios racistas contra los negros hechos en privado por su propietario Donald Sterling. También fue multado con US$2.5 millones y el Comisionado de la NBA le prohibió de por vida la entrada a los partidos de baloncesto de esa liga.
2) El canal de televisión NBC canceló la participación de Donald Trump en la conducción del programa de reality “The Apprentice” así como la transmisión de los certámenes de “Miss América” y “Miss Universo”, debido a sus declaraciones denigrantes contra los inmigrantes mejicanos. Ya Univisión había hecho lo mismo hacía pocos días.
3) Al poco tiempo de establecerse que la histórica bandera de la Confederación que los Estados del Sur portaban en el campo de batalla durante la Guerra de Secesión era utilizada como símbolo de su odio racista por el asesino de los nueve ciudadanos negros en la iglesia de Charleston, la cadena Wal-Mart anunció que suspendería la venta de esas banderas y todos los artículos con ese símbolo en todas sus tiendas. Posteriormente también suspendieron la venta de la bandera entre otros grandes detallistas: Amazon, Ebay, Kmart y Sears.
Es en este contexto social de hipersensibilidad que Di Blasio advierte que en el hipotético caso de producirse la deportación de dominicanos de origen haitiano por carecer de documentos de identidad, tal incidente pudiese provocar una reacción negativa del consumidor estadounidense de manera espontánea. Y es natural, pues el Alcalde de Nueva York desconoce que la economía de la Republica Dominicana está blindada de las reacciones de los consumidores norteamericanos que la NBA, la NBC y el gran comercio detallista estadounidense representado por Wal-Mart temen como la peste. Di Blasio juzga por lo que conoce, y tiene tres casos concretos y muy recientes, ya expuestos, de cómo funcionan las cosas en su país, que no es igual que en el nuestro.
En todo caso, a pesar de ese blindaje de nuestra economía, consideramos que la Junta Central Electoral hizo bien en anunciar a los pocos días de las declaraciones inoportunas de Di Blasio que ya los ciudadanos que esperaban desde hace meses por lo ordenado por la ley 169-14 pueden pasar a retirar sus documentos de identidad; y el Poder Ejecutivo fue presto en abolir la apatridia en todo el territorio dando garantías de que no deportará a los hijos de haitianos en tránsito nacidos aquí, aunque no tengan sus documentos porque no fueron inscritos a tiempo, a pesar de la presión de algunos grupúsculos que presionan por la aplicación estricta de la Sentencia 168-13. Por si acaso, sugerimos asegurar que se cumplan estas interesantes disposiciones de último minuto sobre los dominicanos de origen haitiano, y busquemos rápidamente la manera de documentar a los dominicanos de ascendencia haitiana que siguen sin documentos, porque a veces los blindajes fallan, y siempre es bueno tener un plan B para evitarnos sobresaltos innecesarios.