Manuel JIménez, aspirante a alcalde de Santo Domingo Este, Juan Hubieres, aspirante a senador de la provincia de Santo Domingo, Rey Jimenez, Dio Astacio, Claudio Caamaño hijo, Rafael Rossó y otros que decidieron desde el pasado viernes lanzarse a una huelga de hambre para denunciar el fraude electoral que entienden se ejecutó en su contra, debían desistir de esa jornada tan peligrosa.

Sus denuncias han sido formuladas, y están bien documentadas, con impugnaciones en las mesas electorales donde descubrieron irregularidades, con una cantidad de actas que registran también errores y desorden de las elecciones del 15 de mayo. Lo que quiere decir que si el objetivo de ellos era ser escuchados por la sociedad, lo han logrado.

Falta ahora que las autoridades le escuchen y pongan atención a sus razones y a los documentos y pruebas que puedan entregar. Lo demás, tiene que seguir su curso sin que la salud de ninguno de ellos pueda estar en peligro. Algunos de los que se encuentran en huelga reconocen que no tienen oportunidad de ganar una posición a diputado, por ejemplo, pero se encuentran apoyando a sus compañeros, porque al mismo tiempo dicen estar indignados por la forma en que se ejecutó el fraude. Las formas terminaron imponiendo un poder apabullante y desconsidero, que demostró la intención de no darle espacio a ninguno de la oposición.

El mismo sacerdote católico de la Parroquia del ensanche Ozama, donde se encuentran Manuel Jiménez, Juan Hubieres y los demás, en huelga de hambre, dio testimonio de que el aspirante a alcalde por el municipio, Manuel Jiménez, había tenido una postura muy tranquila y apacible, pese a la gran cantidad de pruebas que posee con datos que fueron falseados, alterados en su contra.

Exhortamos a estos dirigentes políticos, y a los que desde el ámbito religioso incursionaron en la política en este proceso electoral, a desistir de mantener una huelga de hambre que pone en riesgo su estado de salud y la continuidad de sus actividades cotidianas, tanto empresariales, políticas como profesionales.

Desistir de la huelga de hambre no significa renunciar a seguir tratando de dar a conocer sus puntos de vista y su denuncia de que han sido estafados. Entendemos que esa denuncia pueden mantenerla y llevarla por los organismos judiciales correspondientes, y en todo caso acudir a organismos supra nacionales, si así lo entienden oportuno.