Corresponde a los gobernantes y al sistema de partidos políticos descifrar el mensaje de los consonantes y convocados a ser protagonistas de la marcha verde de este domingo 16 de julio.
En mensaje va mucho más allá que la proclama leída en la tribunal, en el Centro de los Héroes.
El mensaje tiene una dimensión mayor que reclamar más imputados en el expediente de Odebrecht, incluyendo al presidente de la República Danilo Medina.
Es un mensaje serio, contundente, claro. La gente quiere ser parte de un proceso de higinización de la sociedad dominicana. Las personas que marcharon este domingo, y los que no pudieron hacerlo pero sacaron pañoletas y otros objetos verdes durante el recorrido de la marcha, reclaman cese de la corrupción y de la impunidad.
Y es obvio que hay un agotamiento de la credibilidad de los partidos partidos políticos. Todos los partidos, principalmente el de gobierno, que ya completa tres períodos consecutivos y está corriendo casi el primer año del cuarto período. Danilo Medina intenta realizar una obra de gobierno que pueda ser recordada, pero su credibilidad se debilita, su discurso luce viejo y cansado, y las maniobras que realiza para salvar su imagen no están dando resultados.
La marcha verde de este domingo fue una manifestación de rechazo a todo cuanto se ha realizado desde el gobierno para satisfacer la demanda de la sociedad de cese de la corrupción y la impunidad.
Si el gobierno quería una respuesta a las acciones del Ministerio Público, para conocer si es aceptada su persecución, en la presencia de miles de personas la obtuvo. Ha sido la más grande marcha que se haya realizado en la historia de la República Dominicana, en reclamo de actuaciones gubernamentales. No se pide que baje los precios de los alimentos, ni se pide cese de los apagones, o reducción de la delincuencia, o generación de empleos. Esos son reclamos poderosos, pero la sociedad se está movilizando para reclamar otra cosa: ética en la función pública.
Esto representa un mensaje de una dimensión enorme. Jamás el país se había ocupado como se ocupa hoy de la corrupción o de las actuaciones éticas o no del gobierno y de sus funcionarios. Y resulta más que preocupante que ello ocurra en la administración de Danilo Medina, un presidente que se ocupó de proteger que actuaría con dureza contra la corrupción, un presidente que siendo candidato firmó un pacto ético, y que al momento de juramentar a los funcionarios de su administración en el 2012 los hizo firmar su adhesión al cumplimiento de las normas éticas del gobierno.
Nada ha servido, porque el país reclama cese de la corrupción y de la impunidad. Y los sometimientos que hace el gobierno a los corruptos seleccionados no son creíbles, y se reclama que haya más transparencia, y que el Ministerio Público ofrezca al país los documentos recibidos el 19 de mayo pasado de las autoridades de Brasil. Nadie los conoce. Hasta el presidente Medina dijo que estarían disponibles para todos y todas, y no ha sido así.
Impresiona la diversidad de sectores movilizándose en la marcha verde. Miles de personas, de todas las edades, de todos los sectores sociales, desde los más pobres hasta los de clase media o grupos de clase alta, que se unieron a los reclamos. Pese que llovió a cántaros en la mañana del domingo, la marcha se mantuvo. Pese a la gran distancia entre la avenida John F. Kennedy y el Centro de los Héroes, la marcha hizo el recorrido, y en el camino se iban sumando personas. Jóvenes, niños, ancianos y ancianas, personas con discapacidad, en sillas de rueda, familias completas salían a las calles a mostrar objetos de colores verdes en señal de solidaridad, de apoyo.
Y sobresale el gran respeto de las personas a los vestidos de verde, del mismo modo que se organizaron equipos de limpieza y de disciplina, y la basura que produjo, en gran parte, fue recogida. Eso muestra un civismo y una educación ciudadana por encima de lo que habíamos visto en concentraciones masivas en el pasado, incluyendo las realizadas por los partidos políticos.
Destacó el apoyo y la protección de las autoridades de la Autoridad Metropolitana de Transporte.
Todos estos elementos representan un mensaje muy claro al gobierno, a los partidos, a los grupos empresariales, de que hay un cambio de mentalidad y de actitud, y de que tenemos ya una sociedad empoderada, que quiere gobiernos que no admitan la corrupción ni ofrezcan impunidad a los corruptos.