Los legisladores que se oponen a que en el proyecto de nuevo Código Penal se incluyan y aprueben las tres causales, o sea las tres situaciones excepcionales en las cuales la decisión que pueda tomar una mujer para continuar o interrumplir un embarazo sin ninguna consecuencia legal, están desafinados.
En la música se define como desafinado a quien canta o ejecuta un instrumento apartándose de la entonación, provocando desagrado en la audiencia. Otra acepción consiste en comportarse de manera inoportuna o cometer indiscreción.
Están desafinados los diputados y senadores que en estos momentos no atinan a leer correctamente el mensaje de la sociedad dominicana, que mayoritariamente considera que no se debe violar el derecho de la mujeres a decidir sobre sus vidas y sus cuerpos en las circunstancias establecidas en las tres causales.
Y si alguno todavía no se da por enterado, estas son las tres causales:
1-Cuando el embrión no tiene posibilidad de vida. 2-Cuando la vida de la mujer corre riesgo a causa del embarazo. 3-Cuando el embarazo no fue buscado ni planificado por mujer,sino que ha sido fruto una violación sexual o de un incesto.
Los legisladores, que en un sistema de democracia representativa deben de trabajar al servicio del pueblo que les dio el mandato y el empleo con sus votos, no pueden ignorar la causa de las mujeres y hombres que apoyan las tres causales, que constituyen la mayoría de la población. Está demostrado en los estudios de opinión. Si no lo comprenden, están desafinados.
Desafinan los diputados y senadores que insisten en el absurdo de sacar del Código Penal las tres causales y piensan que convencerán a la ciudadanía de que votarán luego una ley especial para despenalizar la interrupción del embarazo de acuerdo con esa demanda social.
Están desafinados, pero muy desafinados. Y en este caso estar desafinado no es agradable como en la hermosa canción brasileña.