Alejandro Moscoso Segarra, juez especial designado por el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán Mejía, para conocer la acusación del Ministerio Público contra el senador Félix Bautista, por enriquecimiento ilícito, lavado de activos, corrupción y otras violaciones legales, emitirá este viernes su veredicto sobre los méritos para que sea juzgado o no su compañero del Partido de la Liberación Dominicana.
Félix Bautista y compartes esperan la decisión, del mismo modo que la espera el país, con ansias por saber si habrá justicia o si habrá impunidad. Los datos aportados por el Ministerio Público son abrumadores, y demuestran que en este caso hubo enriquecimiento ilícito con fondos públicos, asociación para defraudar al Estado, utilización de testaferros, lavado de dinero del Estado, abuso de poder.
El senador tiene el privilegio de ser juzgado en primera instancia por la Suprema Corte de Justicia. Cuando aspiró a la senaduría por San Juan de la Maguana sabía que sería así. También lo sabía Leonel Fernández, el entonces presidente de la República. Félix Bautista tuvo una participación destacada en la selección y señalamiento de los jueces que debían ser parte de las llamadas altas cortes. Se habla de que para ser electo había que pasar por un diálogo con Félix Bautista. Nadie ha confirmado ni negado que haya sido ese el procedimiento, ilegal y antiéctico, que se utilizó para proteger a futuro al influyente secretario de organización del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
El juez Alejandro Moscoso Segarra es considerado uno de los grandes amigos y admiradores de Leonel Fernández. Incluso se ha dicho que es uno de los que profesa gratitud y es devoto de la amistad que les ha unido por mucho tiempo. Alejandro Mosco fue fiscal del Distrito Nacional en la administración del doctor Fernández.
Se espera que tome una decisión en justicia, y que no se deje dominar por la adhesión política, porque fue designado para cumplir un mandato legal, no para favorecer amigos o compañeros de partido.
El pasado 13 de marzo, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, ofreció una charla a jueces de la provincia Santo Domingo, que tal vez pueda servir en la decisión que anuncie este viernes Alejandro Moscoso Segarra.
Por supuesto, se requiere tener cierta sensibilidad por los bienes públicos, y respeto por una sociedad que ha sido asaltada a través de las instancias públicas. La corrupción ha sido y sigue siendo generalizada y habrá que sentar ejemplo, como acaba de hacer el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, quien ha dicho que ya está bueno de utilizar el expediente de la política para impedir que se haga justicia a los corruptos.
Lo que ha dicho Mariano Germán es muy aleccionador y elocuente, en especial en el caso del senador y sus amigos, también procesados.
“La corrupción no se puede perdonar, porque es contraria a lo más elemental de sensibilidad social”.
Esa frase de Mariano Germán es una verdad contundente, sólo que habría mucha falta que la propia Suprema Corte de Justicia se convenza de que es imperdonable la corrupción en cualquiera de sus manifestaciones.
“Perdónenme señores que lo diga aquí en público, no hay cosa que me moleste más que yo ver cosas, cogiéndose lo ajeno”.
Exactamente ese es el mismo sentimiento de la sociedad, sólo que se ha tenido que adherir a la justicia divina, porque la justicias terrenal ha fallado con demasiada frecuencia cuando se trata de juzgar a los corruptos grandes, de cuello blanco.
“Si una persona se puede ganar un dinero, que lo haga trabajando, pero que si la ponen en cargos públicos no comience a cogerse lo ajeno, porque eso no es tuyo”.
Eso también es un hecho incontrovertible, que la sociedad ha visto con sus ojos, sin que haya jueces, fiscales que se dediquen a llevar a esas personas a la cárcel. Una de las pocas excepciones la representa en este momento el Ministerio Público encabezado por Francisco Domínguez Brito.
“Los gobiernos tienen que tener lucha anticorrupción, tienen que desarrollar auto control, valores éticos, porque la ética es un antídoto contra la corrupción”.
para conseguir que el gobierno sea eficiente en la lucha contra la corrupción hace falta que los jueces sean verticales, honestos, incorruptibles, y estén dispuestos a jugar su papel al margen del amiguísimo y la pertenencia a un mismo partido. Francisco Domínguez Brito sigue siendo el ejemplo positivo en este caso.
“La ética tiene una doble función: evita la corrupción en el servicio público e implica un compromiso y una participación del servidor en la solución de los problemas sociales”.
La sociedad espera la solución de muchos problemas, en especial la miseria en que vive una gran parte de la sociedad dominicana. Hay problemas de agua, de electricidad, de salud, de educación, falta de empleos, escasa alimentación, y todos esos problemas se podrían resolver con recursos públicos que se roban los corruptos.
“Algunos servidores públicos cuando administran bienes ajenos, caen en lo antiético, porque practican cohecho, nepotismo, acoso, deslealtad, abuso de autoridad y hasta incapacidad para ejercer el cargo”.
Mariano Germán sabe lo que dice, y es muy importante que lo haya dicho. Ojalá que esto haya sido repetido en el pleno de la Suprema Corte de Justicia, en donde lo haya podido escuchar el magistrado Alejandro Moscoso Segarra, para que lo tomara en cuenta en la decisión que anuncie este viernes 27 de marzo.
“Los actos antiéticos se llaman corrupción y quien no hable de corrupción o no hable de la ética está equivocado. El que hable de ética tiene que hablar de corrupción, porque en materia de servicio público es el principal acto anti ético. El denominador común del acto de antieticidad se llama corrupción”.
La crónica periodística que reseñó estas declaraciones de Mariano Germán Mejía terminaba destacando “la importancia de modelar un comportamiento ético en el poder judicial”.
Que así sea.