El profesor Juan Bosch hubiese cumplido ayer 102 años. Danilo Medina, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, acaba de afirmar que le hará un homenaje a Juan Bosch siendo un presidente ético y moral, en caso de ganar la presidencia de la República.

Juan Bosch representa un caso excepcional en la política del continente americano y caribeño. Fue fundador de los dos grandes partidos que hoy se disputan y se alternan el poder en la República Dominicana.

Siendo como fue, un político honrado y profundamente preocupado por el servicio a su país, estableció como lema del último partido que fundó, el PLD, la frase de “servir al Partido para servir al Pueblo”.

Cuando Juan Bosch abandonó el PRD en 1973 lo hizo bajo el convencimiento de que ese partido estaba formado por arribistas, pequeño burgueses, que solo ambicionaban llegar al poder para distribuirse los recursos del Estado.

Paradójicamente, eso es lo que dice hoy el PRD, el primer partido fundado por Juan Bosch en 1939, sobre las actuaciones de los dirigentes y líderes del PLD, que se suponía era la negación de los viejos vicios del PRD.

Las críticas a las actuaciones de los dirigentes del PLD, funcionarios del gobierno, y las cabezas de su gobierno, es que han permitido que la corrupción se haga presente en los actos oficiales, que el enriquecimiento ilícito sea algo común en el desempeño de las funciones públicas y que cualquier posición pública a la que se llega es para beneficiar a quienes son designados, en vez de servir al pueblo como misión final.

Danilo Medina tratará de que el PLD retenga el poder. Y cuando asiste a rendir homenaje en el aniversario del nacimiento de Juan Bosch, ante la tumba del líder en el cementerio de La Vega, hace una promesa solemne, que podría tener lecturas variadas sobre su significado: “En primer lugar seremos honestos, en segundo lugar gobernaremos con la gente de mi pueblo, y en tercer lugar lo que diga con las palabras, lo honraré con mis actos”.

Eso es lo que ha debido hacerse en los 11 años de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, en los cuales por lo menos 6 años, Danilo ha sido el segundo dirigente a bordo del Estado, como Ministro de la Presidencia. El criterio es que sólo siendo presidente de la República podría actuar con criterios independientes, apegado a los principios trazados por Juan Bosch.

Para actuar apegados a los principios y criterios del profesor Juan Bosch no hay que llegar a la presidencia de la República. Desde cualquier posición en el ejercicio de la política, el boschismo representa la ética, la transparencia y la intransigencia con todo el que actúa incorrectamente, con una conducta que desdice de las buenas costumbres y de las normas éticas.

Las instituciones públicas, muchas de las cuales han sido dirigidas y siguen siéndolo, por dirigentes connotados del sector de Danilo Medina en el PLD, no actúan con transparencia, no acogen las leyes, como la de Acceso a la Información Pública, o la transparencia con portales digitales abiertos, con informaciones disponibles para que el público se entere y consulte.

Para muestra un botón: la Contraloría General de la República, que encabeza Simón Lizardo, ha cerrado sus páginas de transparencia en Internet, y ya no es posible conocer la nómina pública, ni la cantidad de empleados que tiene cada una de las entidades gubernamentales. En vez de cumplir con la ley 200-04, que por cierto es lo primero que aparece en la página de la Contraloría, están retrocediendo, ocultando información, negando los valores enarbolados por el profesor Juan Bosch, como si el ámbito público funcionara mejor con la sombra de la ausencia de información y no con la transparencia.

Por eso, es bueno que Danilo haya hecho esta promesa de ser un funcionario ético y honesto, porque además de procurarlo y serlo, tendrá que exigirlo a todos sus subalternos.