El talante antidemocrático y abusivo del dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, llega al ridículo, con la última decisión de declarar la inhibición de una ex reina de belleza de Nicaragua, de apenas 27 años, por supuesto atentado al pudor público.

La exreina de belleza de Nicaragua 2017 Berenice Quezada, que aspiraba a la Vicepresidencia por la opositora Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxL), se ha convertido en la candidata presidencial número 7 que es prohibida de presentarse a unas elecciones claramente manipuladas, para que el dictador y su mujer sigan ejerciendo el poder arbitrariamente.

Ortega lleva cuatro mandatos en forma consecutiva, y aspira a un quinto, y para conseguirlo ha tenido que perseguir a todo el que espire, prohibirle su candidatura y declarar la prisión o la expulsión del país, por necesidad, para conservar la propia seguridad.

Inaceptable e inaudito que un presidente llegue a estos extremos. Esto ridiculez electoral comenzó con la declaratoria del Tribunal Constitucional de Nicaragua de que aspirar a la presidencia era un derecho humano, y que por tanto la reelección no podría prohibirse a Ortega, pese a que la Constitución lo tenía expresamente dicho.

Desde entonces el despelote no se ha detenido. En Nicaragua no hay democracia, y no hay razones para confiar en elecciones. Lo mismo que pasó con Maduro en Venezuela, que hizo un mamotreto electoral y ha llevado su país al hundimiento.

La exMiss Nicaragua 2017 fue detenida a petición de un grupo de ciudadanos que se identifican como "víctimas y familiares del terrorismo golpista de 2018″, afines al Gobierno, que solicitaron la inhabilitación a su candidatura por supuesta apología del delito e incitación al odio. Y ahí terminaron las espiraciones de esta joven, que tiene 132 mil seguidores en sus redes sociales.

La situación de Nicaragua ha vuelto a los días de las locuras de Anastacio Somoza. Eso representa Daniel Ortega y su mujer hoy día en la política. Una vergüenza. Un régimen aborrecible.

La escritora nicaragüense Gioconda Belli, ha escrito que "los 132.000 seguidores" que tiene la exreina de belleza en la red social Instagram "asustan a Daniel y Rosario, al punto que la inhiben y le recetan casa por cárcel”.

Y todavía hay algunos que piensa que Daniel Ortega es un revolucionario, que ha cometido errores, pero que tiene seguir siendo defendido frente al imperialismo norteamericano. Una pena y una vergüenza que un dictador como este sujeto aún conserve algún grado de credibilidad en la región.