Desde hoy los gobiernos de Cuba y Estados Unidos formalizan sus relaciones con la reapertura de sus respectivas embajadas en La Habana y Washington DC.
Atrás quedarán 55 años de unas relaciones no formales y tensas que comenzaron con el cese de las relaciones diplomáticas en 1960, en pleno apogeo de la Guerra Fría liderada por Estados Unidos y la Unión Soviética.
En diciembre de 2014 el presidente Barack Obama, cuando anunció simultáneamente con el presidente Raúl Castro el comienzo de una nueva era en las relaciones cubanoestadounidenses, admitió que más de 50 años de embargo económico no habían servido para el propósito de influir en un cambio político en la más grande de las Antillas.
Constituye un motivo de alegría para los demás pueblos de las Américas que Estados Unidos y Cuba reabran sus embajadas y fortalezcan sus relaciones, con igualdad y respeto
Hoy se cierra un capítulo inconcluso de la Guerra Fría. De ese absurdo período de la Historia.
Lo más saludable es que los pueblos todos, liderados por sus gobiernos, cultiven buenas relaciones e intercambios para su beneficio particular y para beneficio de la humanidad en general.
Estados Unidos y Cuba tienen mucho que ganar con unas relaciones diplomáticas, comerciales, deportivas y culturales amplias, transparentes y dinámicas.
Por esta razón constituye un motivo de alegría para los demás pueblos de las Américas que Estados Unidos y Cuba reabran sus embajadas y fortalezcan sus relaciones, con igualdad y respeto.