Como la campaña Por una Educación Digna no se ha detenido, pese a que el tiempo pasa y el gobierno pareciera dejar que las cosas se las lleven los meses, se cuenta que existe la posibilidad de que las autoridades destinen más dinero a la educación.

Ahora comienza a hablarse del presupuesto del 2012 y algunos funcionarios parecieran estar inclinados en que el gobierno asigne visiblemente el 4% del PIB al sector educativo.

Se piensa que es una forma de matar el tema como consigna de campaña, que lo ha asumido el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y su candidato Hipólito Mejía. Danilo Medina, candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha dicho estar interesado en asignar el 4% del PIB a la educación, y lo relaciona con otras iniciativas que tendría preparadas en caso de ganar las elecciones.

La Comisión Económica del PRD acaba de presentar una propuesta para que los excedentes presupuestarios, en vez de administrarlos a conveniencia del presidente, sean especializados para el sector educativo, y que se tenga claridad de que esos fondos serán para la educación.

La propuesta del PRD podría ser innecesaria, si recordamos que el gobierno, al momento de aprobar el presupuesto, tomó la decisión de que los excedentes del presupuesto se destinaran al sector educativo. Esa fue la propuesta del entonces ministro de Hacienda, Vicente Bengoa, y así fue consignado en el presupuesto del 2011.

Una corriente del partido oficial, y en particular, vinculada al Poder Ejecutivo, tiene la idea de que al doctor Leonel Fernández le conviene consignar el 4% del PIB en el 2012 para el sector educación. No se trata solamente de una cuestión electorera, porque en mayo del 2012 habrá elecciones, sino de algo que tenga que ver con la figura del primer mandatario y con la ganancia que tendría para la historia, su historia particular, de ser quien asumió desde el Estado esa demanda.

De lo contrario, Leonel Fernández podría quedar como el político y presidente de la República que se colocó de espaldas al sector educativo y que negó la demanda apoyada por el 90 por ciento de la sociedad dominicana de que fuera privilegiada la educación nacional con más recursos del presupuesto.

Será una decisión que deberá adoptar el presidente de la República. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no representa, necesariamente, una limitación a esta posibilidad. Si Leonel lo hace no habrá ningún mandatario, de aquí en adelante, que reduzca los fondos de la educación. Además, tanto Mejía como Medina han dicho apoyar esa demanda y que en caso de llegar al gobierno la pondrían en práctica.

Una decisión como esta podría interpretarse de diversas formas. Habrá quien diga que es una decisión oportunista, porque Leonel no tendrá gran responsabilidad en el cumplimiento presupuestario del 2012. Le tocará presentarlo, pero no le tocará concluirlo, porque saldrá en agosto del Poder Ejecutivo.

Otros dirán que el presidente le estaría robando la posibilidad de “brillar” a Danilo Medina o a Hipólito Mejía. Esa, sin embargo, es una interpretación acomodada, pues ambos candidatos apoyan la asignación de más recursos para la educación.

Habrá quien diga que al presidente le doblaron el pulso y que al final los organizadores de la campaña le ganaron al gobierno una batalla. Las organizaciones que trabajan por el 4% del PIB para la educación tienen méritos suficientes para tener el reconocimiento por el gran trabajo que han realizado. Sus demandas no tienen carácter político ni electoral.

Aunque el presidente utilice el beneficio que se deriva de conceder la petición, es válido que de el paso adelante, que demuestre su intelectualidad y su convencimiento de que la educación es la única forma de salvar al pueblo. Está en posibilidad de hacerlo, para el futuro propio y el del país.