El insólito desparpajo con el que una muchedumbre ebria de ligereza "despidió"  al COVID en pleno Malecón debe llamarnos a profunda reflexión. No es un fenómeno local. El cansancio ante el agobio que generan las restricciones por el coronavirus lleva a cometer acciones de esta suerte, sobre todo por jóvenes, los que se sienten más afectados.

Vale tomar esta muestra de desprecio por la necesaria prevención como digna de estudio, visto el hecho de que si bien se han producido avances y continuado sostenidos esfuerzos para contener los efectos de la pandemia, no es menos cierto que se precisa mantener determinados protocolos para evitar una escalada de contagios.

El que se haya reactivado el programa de vacunación masiva junto con otras medidas que, conforme las estadísticas actuales, han logrado reducir los niveles de positividad diaria, no debe llevarnos a descuidar los controles de protección, higiene y distanciamiento físico indispensables.

Nos encontramos en un momento de la pandemia en el que nada es exactamente igual que en sus primeros meses, pero tampoco nada exactamente igual a la etapa previa a cuando emergió para poner al mundo patas arriba. A consecuencia de ello, es menester guardar un comportamiento cautelar, seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y contribuir con una actitud ciudadana que preserve lo que hasta ahora se ha logrado en materia de prevención y contención.

Conscientes estamos de  que es asunto  de conciencia actuar con responsabilidad frente a una pandemia que no solo ha trastornado la economía, sino también que se ha llevado entre sus garras a muchos seres queridos y admirados. Pero también corresponde a las autoridades pertinentes afinar sus esfuerzos para que reacciones desaprensivas como la que comentamos no se conviertan en práctica recurrente.

Y no nos referimos a que de manera exclusiva se adopten medidas de carácter represivo. Más bien enfatizamos la necesidad de que se afiance una política de socialización que por diversos medios garantice una mayor comprensión ciudadana sobre seguir cuidándonos cuando se advierten asomos de un peligroso descuido.

Aun no es tiempo de despedir al COVID 19, pero si jugamos a la bullanguería irresponsable corremos el riesgo de alargar innecesariamente el momento de decirle adiós a la pandemia.