El abuso de poder está corroyendo los cimientos de la sociedad dominicana. Poca vocación de las autoridades del gobierno para hacer frente a muchos abusos salta a la vista de todos y todas.

Las auditorías de la Cámara de Cuentas siguen poniendo en evidencia cómo brota la pus de muchas instancias estatales, como hemos podido conocer a través de numerosas investigaciones realizadas a varias instancias estatales.

Ahora ponemos la atención sobre el Fondo Especializado para el Desarrollo Agropecuaria (FEDA), que fue auditado por los técnicos de la Cámara de Cuentas, y se encontró que allí se pagaron 79 millones de pesos en “botellas”, vale decir empleados que no hacían nada en esa entidad y dependían del Poder Ejecutivo, para el cual tampoco realizaban ninguna labor.

Otros 30 millones se gastaron en bebentinas, en botellas de vino y en otros disfrutes, mientras que miles de empobrecidos empleados públicos pensionados se mueren con salarios por debajo de los 5 mil pesos mensuales. El dinero que reciben no les da para nada, ni siquiera para alimentarse, y menos para obtener medicamentos.

Estos datos deben conmover el corazón o la conciencia del más duro de los funcionarios del gobierno. Ojalá que la indolencia no se apropie de todas las áreas decisorias del país.