La mañana de este martes el país ha quedado de luto por el fallecimiento del ingeniero Hamlet Hermann Pérez. Un hombre firme, de profundo y demostrado amor a la patria, de apego a la verdad, sin miedo al sacrificio, y quien trabajó como técnico en materia de transporte durante sus últimos años, en particular dedicado a estudiar y proponer alternativas de solución a los problemas del transporte a las administraciones de Leonel Fernández y de Danilo Medina.

Hamlet Hermann fue un hombre indoblegable, en todos los aspectos de su vida no tuvo zigzagueos o medias tintas. Llamaba por su nombre las cosas, era firme en sus criterios, y en particular un gran amigo, entregado a su familia y a sus hijos.

Hamlet y sus hijos e hijas

Fue profesor universitario, autor de más de 30 libros, investigador, historiador, editor, y ganó un premio nacional de ensayos. Fue el biógrafo de Francisco Alberto Caamaño, sobre quien publicó por lo menos tres libros, y continuaba sus investigaciones, la última de las cuales estaba dedicada a relatar los detalles e interioridades sobre los años que Francis Caamaño pasó en Cuba.

Hamlet, a sus 81 años, seguía siendo un hombre activo, vital, lleno de indignación por las iniquidades y barbaridades de la política dominicana. Se consideraba parte del movimiento del 4% para la educación, y a su propia casa, ubicada frente al Palacio Nacional, y al lado de la oficina principal de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), la identificó como "La Casa del 4%".

Hamlet Hermann estaba dedicado a una intensa labor intelectual, recopilando datos, realizando estudios técnicos. Había estudiado el tema de tránsito en la capital como nadie, y tenía ideas para las soluciones a esos problemas, que comenzaban por desinteresar a los funcionarios que al mismo tiempo que eran directores de instituciones públicas vinculadas con el transporte, también eran empresarios del transporte. Había auspiciado la idea de crear un ministerio de tránsito y vialidad, que tuviera la responsabilidad de decidir las políticas públicas en esta materia, haciendo desaparecer las funciones que ejercen más de 12 instituciones públicas que consumen dinero pero no encuentran soluciones.

Hamlet Hermann con sus hijos e hijas, en fotografía reciente

La última gran preocupación de Hamlet Hermann, expresada la noche del lunes 18 a un grupo de amigos, era el estado de salud de su suegro Juan Manuel Pellerano Gómez, el padre de su esposa Ana María Pellerano, quien había tenido que ser llevado a Cleveland, Estados Unidos, en un avión ambulancia por un problema de salud. Estaba contento la noche del lunes, esperanzado por el mejoramiento de la salud de su suegro.

Y de pronto, con su esposa en Cleveland, Hamlet Hermann es sorprendido por un infarto mientras transitaba en su automóvil por el Malecón de la capital.

Hamlet Hermann fue miembro del movimiento guerrillero que encabezara Francis Caamaño en 1973, y sobrevivió a las ejecuciones que se produjeron con el apresamiento de los guerrilleros en Nizaíto. Investigó el destino del cuerpo de Caamaño y estaba convencido de que había sido lanzado al mar, en una operación clandestina, sellada por la inteligencia del Estado. Por eso nunca asistió al supuesto lugar donde fue encontrado el cadáver de Caamaño.

Hamlet Hermann fue el creador de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), y la entidad que creó y dirigió fue modelo de rectitud y de honestidad, mientras él estuvo al frente. Tan pronto salió de allí se produjo una transformación, esa institución perdió el respeto de gran parte de la ciudadanía, y fue transferida a la jefatura de la Policía Nacional. Es decir, se convirtió en la Policía Metropolitana de Transporte. Una pena.

Nuestro respeto, nuestra reverencia, nuestro cariño para Hamlet Hermann, el amigo, el ser humano brillante, audaz, valiente, incisivo, crítico. Nuestras condolencias a su familia, a sus hijos especialmente, a quienes tanto amaba y de quienes se sentía especialmente orgulloso. Nuestra condolencia a Ana María Pellerano, su esposa, por esta pérdida terrible.

A Hamlet hay que recordarlo, habrá que recordarlo, en octubre, mes de su nacimiento, en enero, mes de su partida, o en febrero, que fue siempre la fecha recordada por él sobre el desembarco del movimiento guerrillero encabezado por Francis Caamaño, en que él tuvo una participación protagónica.

Honor para uno grandes de la República Dominicana, que se ha ido, pero debe quedarse en el recuerdo y el corazón del pueblo dominicano.