I. La muerte repentina de Claudio Caamaño Grullón, por un accidente de tránsito en Baní y como consecuencia de las negligencias de diversos centros médicos que se negaron a ofrecer las atenciones oportunas, nos llena de tristeza y consternación.

Claudio Caamaño fue un hombre valiente, que amó a su patria y que ofrendó su vida varias veces para demostrar su amor y entrega por la democracia y la libertad del pueblo dominicano. Fue un apasionado del campo, al que decir los últimos años de vida en la producción de frutales, pero también sufrió terriblemente por la muerte de uno de sus hijos precisamente en una comunidad rural de Baní, donde un desalmado le disparó a quemarropa.

Claudio no se andaba con zigzagueos. Asumió posturas políticas, fue vestido de zafarranchos a una manifestación pseudonacionalista en el Parque Independencia, reclamando erróneamente muerte a los traidores de la patria. Se sumó como militante político y auspició que un hijo suyo fuese candidato en el presente proceso electoral. Tenía derechos a hacer lo que pensaba. En enero pasado con la muerte de Hamlet Hermann fue uno de los que estuvo en los actos del sepelio y de homenaje con más cercanía y con más dolor. Tenía diferencias con Hamlet, y viceversa, sobre muchos temas, incluyendo el supuesto destino final de los restos de Francis Caamaño, su primo. Claudio auspició un entierro en el cementerio de la Máximo Gómez, de unos restos que decía eran los de Caamaño Denó, pero Hamlet debí que los restos del líder guerrillero y comandante de la revolución de abril de 1965, estaban en el fondo del mar Caribe.

Ni Hamlet ni Claudio se pertenecían ya. Eran parte de una historia de heroísmo y lucha por la libertad y la democracia. Sus actos del presente jamás pueden invisibilizar lo que hicieron en momentos estelares de la historia.

Por eso decimos, hoy ante el féretro de Claudio Caamaño, que su memoria será resguardada no solo por su familia y su dependencia, sino por el colectivo de la sociedad dominicana, que lo tiene como una persona que ofrendó su vida por la soberanía dominicana. Paz a su alma.

 

II. Tragedia sobre tragedia, con el Ministerio de Salud Pública de fondo

Con el fallecimiento de Claudio Caamaño, uno de sus hijos declaró que sus familiares lo llevaron a por lo menos cuatro centros de salud y en ninguno le brindaron atención médica. Los centros médicos que visitaron con Claudio herido -mal herido y quejandose- fueron del sector público y del sector privado.

A Claudio y a sus familiares que lo llevaban de un lugar a otro les pasó lo mismo que les pasa a cientos de familias que no encuentran atención en centros de salud, porque las personas llevan o están muy mal heridas o son mayores de edad, y se niegan a registrarlos como ingresados por razones de estadísticas.

Es una historia terrible e inhumana, que deberá llevar a las autoridades a adoptar medidas que eviten lo que está pasando. Ojalá que la muerte de Claudio, quien pudo haberse salvado, ayude a corregir esta tragedia.

Lo que decimos nos lo cuenta un afectado directamente por la muerte de su madre, hace un año.

“A mi madre la llevamos a la Plaza de la Salud (al área) de Emergencia. Ahí nos informaron que no había cupo, que había que llevarla a otra clínica.

Como las ambulancias requieren que se especifique el lugar de destino antes de subir al paciente a la ambulancia, varios familiares salieron hacia varias clínicas para coordinar su traslado, pero nos llamó la atención que en todas dieron la misma excusa: "No había cupo en la unidad de cuidados intensivos." 

El caso es que posteriormente nos enteramos que las clínicas no aceptan personas graves y/o envejecientes en la unidad de cuidado intensivos, con posibilidades de morir, al menos que el paciente sea cliente (paciente) de un médico de esa clínica. Aun tenga un buen seguro o haya la disposición de pagar los gastos (con el correspondiente depósito), no lo aceptan.

La razón, según supimos por varias vías, es que el Ministerio de Salud Publica controla el % de muertes en las clínicas y eso les afecta sus estadisticas.

Luego, al contarle esto a amigos y relacionados, me di cuenta de que es algo muy común que suceda.

Eso es un abuso. El caso es que una persona grave y si es vieja peor, no la reciben en las clínicas.

Si esta es la realidad, y los centros de salud públicos y privados han adoptado políticas para no recibir pacientes en estado de gravedad, el Ministerio de Salud debe saberlo y aplicar las correcciones correspondientes. Y no es porque haya muerte Claudio Caamaño, es porque una sola muerte en esas circunstancias amerita una decisión valiente y urgente del Ministerio de Salud Pública.