Hoy se cierra el libro del año 2014. Habría que hablar de 365 páginas que quedan escritas con la historia de la República Dominicana, que día tras día fueron escritas por los diversos sectores, en los debates y en las batallas económicas, políticas, sociales y culturales, por una sociedad más justa y equilibrada. Cada quien portando banderas y posiciones de acuerdo al criterio que mejor le cuadra.
En este esfuerzo hay que destacar la suma de amplios sectores nacionales buscando una historia más justa para los dominicanos marginados, desheredados de las riquezas nacionales, olvidados de los líderes económicos y políticos del país. Los que han pasado hambre y no han tenido forma de mitigarla, los que han sufrido injusticias y no han tenido forma de que alguien les escuche y les atienda, los que han buscado avanzar y no han podido. Siempre habrá alguna manera de esperar una compensación o una reivindicación que nos deje satisfechos en ese afán de ser parte de una sociedad mejor, que tome en cuenta a todos y a todas, y no sólo a los ricos y a los dirigentes del gobierno y de los partidos.
Hay que destacar el interés de la gente en organizarse. El interés de las comunidades en ser parte de la historia, formando clubes, juntas de vecinos, reclamando calles arregladas, recogida de basura, entrega de agua potable, servicio de energía eléctrica estable y a precios justos, transporte decente y seguro. Hay que valorar ese como un esfuerzo por la colectividad y una forma de hacer ciudadanía, tratando de ser parte de la toma de decisiones en un país excluyente, con una clase dirigencial egoísta y mentirosa.
Hay que dar un espaldarazo a los funcionarios correctos y justos, que se empeñan en cumplir con su deber y que no asumen sus puestos como un patrimonio particular y familiar, en donde lo que importa es enriquecerse a toda costa, aunque el pueblo sea quien sufre las consecuencias. En especial reconocer a los ministros y directores que se han empeñado en llevar correctamente los servicios de educación, salud, medio ambiente y en particular a los miembros del Ministerio Público que no han asumido la impronta de hacerse ricos robando y extorsionando.
Y en la misma dirección, hay que valorar el esfuerzo de los grupos empresariales que han apostado por reclamar los derechos que les corresponden a ellos y a la sociedad, para que la competencia sea justa y con lealtad a los parámetros de la democracia. A las asociaciones empresariales que han reclamado con valentía políticas públicas sin temor a las consecuencias de una represalia del gobierno o de la dirección de impuestos o del Ministerio de Hacienda.
Hay que valorar a los profesionales independientes que han dado la cara durante el 2014 por un ejercicio crítico y apegado a normas éticas, en especial reclamando lo que toca reclamar a todo el que ha tenido el privilegio de educarse y prestar servicios a la sociedad: Justicia equitativa para todos y todas, para las mujeres, los jóvenes, los ancianos, la infancia, los trabajadores, los artesanos. Y en este sentido hay que valorar los aportes de médicos, maestros, abogados, técnicos especializados, periodistas, tecnólogos, ingenieros y muchas otras actividades que han servido al país.
Hay que felicitar a los productores agrícolas que han dedicado su afán diario a producir alimentos para la sociedad dominicana y para la exportación. Esos campesinos y productores han ofrecido una gran ayuda a la sociedad dominicana. Sin olvidar, por supuesto, que durante el 2014 el presidente Danilo Medina ha dado un ejemplo de atención y entrega a los productores de los productos más olvidados o menos valorados, atendiendo como si fuese un técnico a pequeñas comunidades que han recibido la fuerza y el empuje que puede brindar una visita como las que durante el año ha realizado el presidente de la República.
Con sus bajas y sus altas, la República Dominicana es un país dinámico, rico en la interculturalidad, rico en seres humanos bondadosos y repletos de esperanzas, rico en trabajo colectivo y en esfuerzo del sector privado. Una nación que puede mirar al futuro con esperanza. Así cerramos este libro de 365 páginas que ha sido el año 2014.
Nos toca abrir las puertas con esperanzas para un 2015 más esforzado y con mejores resultados.