En junio del 2009 el empresario Celso Marranzini afirmó que la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales podría operar eficientemente, a través de un plan de reducción de personal, con apenas 400 personas. En ese momento era administrador el ingeniero Radhamés Segura y la CDEEE tenía aproximadamente 1,400 empleados.
Celso Marranzini fue designado en la administración de la CDEEE y emprendió un plan de reducción de personal. Desde el PLD llegaron rayos y centellas contra el nuevo incumbente. El mismo secretario general del PLD, y presidente del Senado, Reinaldo Pared, solicitó detener las cancelaciones. Miguel Mejía, aliado del gobierno y embajador dominicano, calificó como un error del presidente la designación de Celso.
Ha llovido mucho desde entonces y Celso sigue al frente de la CDEEE. En este momento tiene 796 empleados y una nómina mensual de 33.2 millones de pesos. Se puede afirmar que Celso ha hecho un intento por cumplir su palabra, pero las decisiones políticas le han impedido ser tan eficiente en el sector público como lo ha sido en el sector privado.
En el caso de Celso nadie puede hablar de mal uso de los fondos o de utilizar la posición para ventajas personales o para promoverse políticamente. No corresponde con su personalidad ni con el temple que siempre ha proyectado. En público y en privado.
El presidente del Consejo de Administración de la CDEEE es Armando Castillo Peña, quien tiene un salario de 207,000 pesos. Ese Consejo tiene una nómina de 14 personas. La oficina de la vicepresidencia ejecutiva, que encabeza el mismo Marranzini, tiene una nómina de 143 personas, con un salario para su principal ejecutivo de 300 mil pesos, algo menos de lo que Celso ganaba en el sector privado.
Y así siguen los casos del número de empleados en los diversos departamentos. La gerencia de Servicios Financieros, por ejemplo, tiene 62 personas, con un salario de 300 mil pesos para su principal ejecutivo, Eric Eduardo Jerez Mejía, o el Departamento Jurídico, con 56 personas, con un salario de 260 mil pesos para su coordinador, Guillermo E. Sterling Montes de Oca.
El área de Relaciones Públicas, que en la anterior administración tenía 59 empleados, ahora apenas tiene 35. Es decir, que la reducción de personal se ha sentido. Sin embargo, da la impresión de que hay un serio problema en el aparato burocrático del Estado. No es posible que un área o departamento ponga el ejemplo. El clientelismo político lo invade todo.
Dice Bernardo Castellanos, un técnico que analiza con frecuencia el tema eléctrico aunque reside fuera del país, que la CDEEE ni genera, ni transmite, ni distribuye ni comercializa ni da mantenimiento a las plantas de generación ni subestaciones ni a las líneas de transmisión. Sin embargo, que en este momento la CDEEE posee más empleados que la empresa hidroeléctrica y que la empresa de transmisión.
Esto es una incongruencia, según Castellanos, porque la única función de la CDEEE está vinculada a la administración de dos contratos deficitarios (Smith and Enron y Cogentric), administrar cuatro préstamos con organismos multilaterales y gerenciar la electrificación en las zonas rurales y suburbanas. Esta última labor se realiza a través de contratistas.
Bernardo asume hoy la misma posición que Celso Marranzini en junio del 2009. Considera que la CDEEE ahora, con apenas 20 empleados y un asesor, podría realizar las mismas funciones que realiza con los 796 y 10 asesores que tiene. Cree que esa empresa estatal tiene 45 veces más empleados que los que necesita.
Es un tema para analizar y un desafío para la próxima administración gubernamental, que estará llamada a racionalizar el tema del empleo en la administración pública.